SUEÑOS, REALIZACIONES Y RESISTENCIAS EN TORNO A LAS CENTRALES HIDROELÉCTRICAS DEL ALTO MAGDALENA DURANTE EL SIGLO XX

A propósito de las hidroeléctricas  en el Huila

SUEÑOS, REALIZACIONES Y RESISTENCIAS EN TORNO A LAS CENTRALES HIDROELÉCTRICAS DEL ALTO MAGDALENA DURANTE EL SIGLO XX[1]

Ananías Osorio Valenzuela
Miembro Numerario Academia Huilense de Historia

El presente texto se propone describir brevemente algunos  sueños, realizaciones y resistencias en torno a la producción de energía eléctrica en el Alto Magdalena, formulados durante el siglo XX, tanto por personalidades y organizaciones altruistas de la comarca huilense, varios de ellos consignados en ordenanzas y decretos, como por equipos de técnicos de institutos oficiales del orden nacional, con el fin de contribuir con la ampliación de la memoria pública[2] sobre esta temática en momentos en que se formulan críticas por la ejecución de proyectos para la explotación de los recursos hídricos existentes en la región, muy en especial, a partir del año 2009, cuando  la empresa Emgesa S. A. EPS., filial de Endesa Internacional de España, iniciara la construcción de la Central Hidroeléctrica  de El Quimbo, así como los reclamos de la opinión pública regional por la reciente  visita de delegados de la República de China, interesados en la explotación de la hoya hídrica del sur del Departamento del Huila.

Para una visión amplia de este aspecto  de la economía regional y nacional, se cuenta con fuentes historiográficas que registran datos de su proceso evolutivo[3]. Para el caso que nos ocupa, estas fuentes solo se tendrán en cuenta tangencialmente, en tanto que lo  buscado es visibilizar aquellos sueños que, al hacerse realidad, vienen generando posturas críticas desde varios sectores de la opinión pública, incluso, de la dirigencia regional que, en su momento, los avalaron e incluyeron en sus discursos.  
La dirigencia regional, desde la creación del Departamento en 1905 y durante toda la centuria, ha centrado su atención en el desarrollo agroindustrial y la consiguiente formulación de proyectos  como la importación de semillas, la irrigación de tierras, la construcción de vías terrestres, férreas, fluviales y aérea, y la producción de energía eléctrica para el consumo residencial y el impulso del desarrollo agroindustrial, todo ello dirigido a erradicar el atraso y salir del aislamiento de los centros de poder económico, político y social. Buena parte de la gestión con sus aciertos, desaciertos, dificultades y frustraciones puede rastrearse en la “Historia General del Huila” editada en 1996, en el texto “100 años de democracia y participación regional” de la Asamblea Departamental editado en el año 2011, y en diversos diagnósticos elaborados por gobernantes, entidades oficiales y organismos no gubernamentales.  
Frente a la producción de energía eléctrica mediante el aprovechamiento de las caídas de agua de los ríos aledaños a los poblados, son varios los sueños y los esfuerzos realizados tanto por gobernantes municipales, departamentales y nacionales,  como por particulares. Veamos:
PRIMERAS REALIZACIONES Y SUEÑOS
Mientras en Bogotá se iniciaba el servicio de energía eléctrica en 1890, en Bucaramanga en 1891, en Barranquilla en 1892, en Medellín en 1897, en Manizales en 1905, en Ibagué en 1909, en Cali en 1910, en Girardot en 1913, en Neiva se inició el 8 de diciembre de 1913[4] por gestión de una empresa particular dirigida por Reinaldo Matiz. Al respecto, en un informe de 1919 de Daniel Salazar, en representación  de la “Compañía de Energía Hidro-Eléctrica de Neiva” a Manuel S. Rivera,  Secretario General de la Gobernación, daba cuenta de las acciones de Matiz en su empeño  por traer la energía eléctrica a Neiva. Por su importancia se transcriben apartes de dicho informe:
Por ahí en 1909, el finado doctor Luis F. Blanco, insinuó a los señores Matiz y Compañía de este comercio, la idea de aprovechar el agua y la pequeña caída que entonces utilizaban ellos para baños públicos, en una instalación hidráulica de fuerza motriz, con fines industriales. Los señores Matiz hicieron estudiar esa idea de varios ingenieros y el señor doctor Joaquín Emilio Cardoso les hizo la instalación y montaje de una turbina vertical, que compraron ocasionalmente en esta ciudad al señor Obispo Rojas, por conducto del señor don Juan Romero, Mayordomo de Fabrica, quienes según informes, la habían introducido para mover una maquinaria de hacer ladrillo, cuya instalación, parece, no se llevó a efecto[5].
Al parecer esta turbina tampoco sirvió para producir energía eléctrica. En tanto que, a renglón seguido del citado informe, dio a conocer  la constitución de una nueva empresa en Bogotá dirigida por su socio Clímaco Mejía, y en Neiva, Reinaldo Matiz, quienes se propusieron instalar máquinas trilladoras de café, y adquirir en el exterior de una planta eléctrica,  con la cual, una vez instalada por el doctor Jorge Umaña R., Neiva vio la iluminación de su parque  principal la noche del 8 de diciembre de 1913. Según el citado informe, este servicio se prestó hasta diciembre de 1917, cuando dejó de funcionar por deterioro y ruptura de la turbina.
Daniel Salazar continúa informando que se gestionaba  la adquisición de una nueva planta eléctrica trifásica, la cual generaría  2.400 voltios con capacidad para instalar  2.500 lámparas incandescentes de 20 watios cada una, así como ventiladores, planchas y “calentadores para el servicio de cocina a domicilio”. Para ejecutar el proyecto, informa que la empresa había presupuestado un total de 70.000 dólares, con lo cual se constituiría en matriz para el impulso de obras análogas en la región.
Con esas perspectivas sobre el aprovechamiento de la energía  eléctrica, Daniel Salazar dejó plasmado su sueño un tanto quijotesco: en el informe citado, le propuso al Gobernador de la época la instalación de un TRANVÍA ELÉCTRICO entre Neiva y Campoalegre, mediante la construcción de sendas plantas eléctricas, su prolongación hacia el sur hasta Garzón, y hacia el norte hasta Girardot[6], cuando para esa época se firmaba  el contrato para la construcción de la vía férrea entre Espinal y Neiva[7]. Vale la pena recordar que a este sueño vial de 1919, de Salazar, se le sumó el de la construcción de la vía terrestre Neiva, Palermo, Valle del Cauca mediante ley 24 de 1920, sueño que recorrió todo el siglo, y que contó con gerentes, con empresa de transporte  y con presupuestos, hasta 1993,  cuando el gobernador de la época, gestionara ante el Ministerio de Obras un aporte de $200 millones para los estudios de prefactibilidad[8]. Por su inviabilidad, este sueño fue enterrado a principios del siglo XXI. Sin embargo, según en una crónica reciente, habitantes del oriente de la capital, aún añoran la conexión con el Océano Pacífico[9].
Siguiendo la pista al tema central,  la historiografía disponible muestra que, aprovechando las caídas de agua de las pequeñas hoyas hidrográficas,  en 1922 en Timaná, se había constituido una empresa  para la producción de energía, y que a partir de 1925 ofrecería  el servicio de energía al poblado y luego al sur del Departamento; en 1924 en Neiva se había  constituido una nueva empresa de energía con la participación del municipio, la que construyó una nueva planta sobre el río Fortalecillas, permitiendo la generación de energía para Neiva y el norte del Huila. En la década del 30, contaban con plantas eléctricas los municipios de Gigante y Agrado[10].
A partir de 1938, este servicio tomó un nuevo aliento, animado por normas nacionales dirigidas a incentivar la producción de energía eléctrica, dando vía al impulso de estudios de  cuencas hidrográficas en el país. Para el Huila, por Ley 151 de 1941, el Congreso de la República ordenó los estudios y el presupuesto del año siguiente para la construcción de dos Centrales Hidroeléctricas en el Departamento sobre los ríos que ofrecieran ventajas, entre ellos, los ríos Neiva, Baché, Venado y Cabrera en la sección norte del Departamento; y Suaza, Páez y Bordones, en la sección sur. Si los estudios arrojaban resultados favorables en uno de estos ríos, se construiría una sola gran  Central, y se constituiría  una Sociedad en la cual la Nación participaría con el 70% de las acciones, el Dpto. con el 20% y los Municipios o entidades particulares con el 10%[11]. Sin embargo, al consultar el presupuesto aforado para  el año de 1942, no se encontraron rubros para la ejecución de lo ordenado, aunque sí aparece designación de partidas para los estudios de las hidroeléctricas del Valle del Cauca. De esta manera moría otro  sueño, ahora  diseñado desde el Congreso, en torno a la explotación del recurso hídrico existente en la región. De  este sueño, al parecer, hicieron parte  parlamentarios del  Huila, entre ellos, Néstor Arce Perdomo, padre de Fabio Arce Luna, ex notario de Neiva.
Pese al abandono de lo ordenado por ley por parte del gobierno central, la dirigencia regional continuó desarrollando ideas dirigidas a materializar sus sueños. En 1942, por orden del Gobernador de turno, el Ingeniero Carlos Boshell Manrique realizó los estudios para la construcción de una central hidroeléctrica en el río Páez. Aprobados los estudios, pasaron por la Asamblea departamental y el Ministerio de Obras Públicas, y sus resultados, nuevamente, ¡sueños! ¡La obra sobrepasaba la demanda del momento![12]
Una forma de aterrizar ideas en torno al servicio, se  materializó con  la constitución,  en 1947, de la sociedad anónima denominada “Centrales Eléctricas del Huila S.A.”, con acciones de la nación, el departamento y los municipios de Neiva, Garzón, Baraya, Rivera y Tello, la cual se encargó de centralizar el servicio, de impulsar la  interconexión regional, y la ampliación de la oferta con la instalación de plantas diesel en Neiva y el sur del Huila. El servicio se amplió con la inauguración de la planta de Iquira en 1955[13]. Igualmente, el aporte del ingeniero Carlos Boshell Manrique,  contribuyó con la formulación del proyecto de una central hidroeléctrica sobre el rio Magdalena a la altura de Betania, proyecto que murió temporalmente por sus elevados costos y porque por esa época se habían paralizado las obras de las represas en Antioquia y el Valle del Cauca[14].

TIEMPO  PARA SOÑAR
El silenciamiento de los partidos tradicionales a mediados del siglo con motivo del golpe militar del general Gustavo Rojas Pinilla, se constituyó en motivo para pensar en el futuro del terruño por parte de representantes gubernamentales, periodistas y políticos silenciados, varios de estos sueños fueron elevados a la categoría de normas departamentales, una vez reinstalados estos organismos. Veamos:
La proyección que realizó Pedro J. Alarcón Charry (gestor de la idea de una Universidad para el Huila)  por ese entonces (1955),  secretario de Agricultura y Ganadería,  alrededor del recurso hídrico, avizoraba a 25 años, es decir, a 1980,  un Huila con un desarrollo agropecuario pujante,  mediante la parcelación de 100.000 fincas de 20 hectáreas cada una, con mano de obra  calificada, con irrigación y agua potable, energía eléctrica y  vías carreteables; viviendas dignas, rodeadas de huertas y jardines;  fomento de la ganadería intensiva;  construcción de hidroeléctricas en los ríos Magdalena, Páez y Suaza;  protección de hoyas hidrográficas con bosques;  destierro de las quemas y la reforestación de las colinas que circundan el valle del río Magdalena y las laderas de las cordilleras[15].
A su turno, un año después de la celebración del Cincuentenario del Huila,  la organización de los periodistas denominada  “Círculo de Periodistas del Huila”[16] da cuenta de varias iniciativas en pro del desarrollo de la región. Este grupo de comunicadores, consolidó un documento de nueve puntos que paulatinamente fueron difundiendo a través de la prensa y de la radio. Sobre el recurso hídrico, pregonaban la construcción de una represa sobre el río Magdalena a la altura de Betania, para producir energía e irrigar 1.500 hectáreas de tierra cultivable; otra sobre el río Cabrera que irrigaría 4.000 hectáreas,  y una tercera, sobre el río Suaza, que irrigaría 2.500 hectáreas, entre otros[17].

Ese mismo año, el corresponsal de la revista Semana, informaba  sobre la conformación de una Junta denominada “Comisión de Acción Huilense” integrada por periodistas y empresarios, la cual había gestionado ante el gobierno central la promesa del aporte de $1.700.000 para la segunda etapa de la Central Hidroeléctrica de Íquira y la ejecución de los estudios para la construcción de la represa de Betania sobre el rio Magdalena. Puntualizan sobre la necesidad de dividir el departamento en tres zonas hidrográficas con el fin de beneficiar a todos los municipios mediante la construcción de sendas centrales eléctricas y la consiguiente irrigación de tierras: la hoya del rio Neiva, cuya central hidroeléctrica se ubicaría en el municipio de Campoalegre; la hoya del río Cabrera, mediante la construcción de una central hidroeléctrica sobre el río Venado, y otra en  la hoya del río Suaza[18].

En 1959, por Ordenanza 29, la Asamblea Departamental autoriza al Señor Gobernador para  gestionar  un empréstito por 20.000.000 de dólares para la construcción de una Central Hidroeléctrica en el Huila[19]. En 1960, por Ordenanza 29, ordena el montaje de una Central Hidroeléctrica en  el rio Bordones con capacidad para generar hasta 20.000 KWH;  faculta al Señor Gobernador para que gestionara un empréstito hasta de 50.000.000  de pesos para emprender la construcción de la obra, mediante contrato, bien con la empresa “Centrales Eléctricas Huila S. A.”, o de manera independiente; y crea la “Junta de Energía Eléctrica e Irrigaciones del Huila” integrada por el Señor Gobernador, el Secretario de Obras Públicas, el Secretario de Hacienda, el Secretario de Agricultura y cuatro miembros de la Asamblea Departamental. Su propósito: suplir las necesidades de la industria y la agricultura del sur del Departamento[20]. En ese entonces, ejercía el cargo de gobernador el doctor José Domingo Liévano, y como presidente de la Asamblea, Doña Belén Gutiérrez de García. Y en 1961, por Ordenanza 7, la Asamblea Departamental autoriza al Señor Gobernador para contratar un empréstito por 200.000.000 de pesos para la construcción de obras hidroeléctricas en el Departamento[21]. Sus resultados no aparecen en los archivos disponibles. A la final, ¡sueños!

Estos sueños continuaron en mentes de gobernantes, políticos y medios de comunicación. En lo sucesivo, las “Centrales Eléctricas del Huila” continuaron afrontando las deficiencias en materia de energía eléctrica para la población huilense. Los  salvavidas: la interconexión con la Hidroeléctrica del Prado, Tolima, en 1972, y el consiguiente desarrollo de planes de electrificación rural y alumbrado público; y los estudios de factibilidad de la represa de Betania a cargo de las empresas SEDIC de Medellín y HARZA de Chicago, por valor de 30.000.000 de pesos, según informe de la gestión del presidente Misael Pastrana Borrero (1970-1974)[22]; esto último, obtenido más por la creciente demanda de energía eléctrica de los principales centros industriales del país, que por la demanda del orden regional, así como por la paulatina centralización del manejo de los recursos energéticos y mineros del país, tal como lo reconoce el mismo Plan de Desarrollo del Huila de 1984, diseñado por la Universidad de los Andes durante la administración del Dr. Antonio José Villegas Trujillo.
TIEMPO DE DISEÑO DE PROYECTOS, REALIZACIONES Y RESISTENCIAS
Aprobados los estudios de factibilidad de la represa de Betania, el ICEL y  ocho Centrales Eléctricas, con un capital inicial de $14.600 millones, entre ellas la del Huila con un 6% de las acciones, entregaron la construcción, mediante licitación, a los consorcios Impregilo, Estruco, Pinski y otros, quienes comenzaron la obra en junio de 1981 y la concluyeron en 1987, ocupando un máximo de 3.400 personas, entre ellas, 115 extranjeros;  tiene una capacidad para generar 510.000 kW con tres turbinas tipo Francis, y un embalse de 7.400 hectáreas[23].
Para los huilenses, Betania fue considerada como la redención definitiva de los atrasos y las miserias de la región, y para gente de afuera como Germán Santamaría, al Huila se le había aparecido la virgen en forma de petróleo y energía[24]. Comenzaba una época de espera de las promesas de energía barata para los opitas, de la irrigación del valle, de acueductos para Neiva y poblaciones aledañas y de proyectos turísticos como la interconexión vía férrea de Neiva, Villavieja, Betania y Rivera.
Y mientras se construía la represa, en 1984, siendo gobernador el doctor Antonio José Villegas, y presidente de la Asamblea, Jairo Morera Lizcano, la Asamblea, mediante Ordenanza 12, autorizaba la participación del departamento en los estudios de los proyectos hidroeléctricos de El Quimbo, Pericongo, Guarapas, Paicol y La Plata, y autorizaba la adquisición de empréstitos para dar cumplimiento a lo ordenado[25]; y en 1988, por Ordenanza  016, siendo gobernador el doctor Félix Trujillo T., y presidente de la Corporación, Álvaro Sánchez Muñoz, facultó al Señor Gobernador la contratación de un empréstito  hasta por $240.000.000 con destino a financiar el estudio de factibilidad del proyecto hidroeléctrico de El Quimbo[26]. Este propósito fue ratificado durante la administración gubernamental  del doctor Julio Enrique Ortiz, quien en 1993, informaba sobre la adjudicación de $600 millones por parte del gobierno nacional para los estudios de factibilidad del proyecto  hidroeléctrico  de El Quimbo[27], en tiempos de la mayor crisis energética del país por efectos climáticos.
¡De dónde provenían estas iniciativas? Una respuesta puede encontrarse en documentos que reposan en los anaqueles de las oficinas oficiales. En efecto, en el Tomo IV del “Plan Vial del Dpto. del Huila – 1982” se encuentra la siguiente información sobre proyectos hidroeléctricos en el Alto Magdalena elaborados por el ICEL:


PROYECTOS HIDROELÉCTRICO DEL ALTO MAGDALENA – 1982-

RÍO

PROYECTO

LOCALIZACIÓN

CAPACIDAD

TURBINA
Magdalena
Isnos
6 km aguas abajo del río Naranjo.

103 MW
2 turbinas Francis

Magdalena

Guarapo
5 km aguas debajo de la confluencia del río Guarapas.

104 MW
2 turbinas Francis

Magdalena

Chillurco
500 m aguas abajo de la confluencia del río Bordones.

161 MW
2 turbinas Francis

Magdalena

Oporapa
500 m aguas debajo de la confluencia de la quebrada Guarapas.


180 MW
2 turbinas Francis

Magdalena

Pericongo
4 km aguas debajo de la confluencia del río Timaná.

240 MW

3 turbinas Francis

Magdalena

Quimbo
2 km aguas arriba de la confluencia del río Páez.
320 MW

4 turbinas Francis
Páez
Páez
4 km debajo de la población de Páez.
143 MW
2 turbinas Francis
Páez
Aránzazu
15 km de La Plata
102 MW
2 turbinas
Páez
Paicol
6 km del poblado.
311 MW
4 turbinas
La Plata
La Plata
16 km aguas arriba del poblado.
159 MW
2 turbinas Francis
Magdalena
El Manso
15 km aguas debajo de la represa de Betania.
118 MW
2 turbinas Francis
Magdalena
El Juncal
5 km aguas debajo de Fortalecillas.
115 MW
3 turbinas Francis
Magdalena
Veraguas
7 km aguas debajo de Fortalecillas.
-
-
Magdalena
Bateas
Confluencia del río Baché.
145 MW
-
Magdalena
Balsillas
11 km aguas debajo de Aipe.
126 MW
-
Cabrera
Buenos Aires
Confluencia de la quebrada Tasajera.
106 MW
-
Neiva
Neiva
Aprovechamiento de 140 m de caída de agua.
70 MW
-
FUENTE: Resumen del Plan vial Dpto. del Huila 1982. Tomo IV. MOP, Neiva, 1982, p. 651-665


¡Son alrededor de 17 represas! y no las tres o cinco mencionadas en estos días  por la prensa local  y la dirigencia regional[28]. De cumplirse estos sueños, ahora “tecnologizados”, no sería la segunda aparición de la virgen, sino el naufragio, ya no en el mar de plástico[29], sino el naufragio de la misma existencia de los coterráneos, porque no todos formulaban proclamas grandilocuentes en favor de  los proyectos en marcha.
En este sentido, hubo voces que advertían las implicaciones negativas frente a las tierras aptas para la producción alimentaria, próximas a ser inundadas. Así, los ingenieros Ricardo Castaño y Antonio José  Puentes, y Ramón Tovar Andrade, concejal de la oposición de Neiva, conocieron estas proyecciones del ICEL, y realizaron, respectivamente,  conversatorios en la Biblioteca de Universidad Surcolombiana y en barrios de Neiva y Yaguará, denunciando la forma inmisericorde como se iban a perder miles de hectáreas de tierras fértiles aguas arriba de la represa de Betania y de las proyectadas[30]. Estas voces de denuncia, fueron tildadas por la prensa local como apreciaciones animosas de representantes del comunismo internacional[31]. Desde la academia se asumieron otras posturas: el programa de Ingeniería Agrícola de la Universidad Surcolombiana, mientras se construía la represa de Betania, en 1982 difundía la idea de aprovechar fuentes de energía renovables y no contaminantes como la energía geotérmica, el gas metano que produce la fermentación de material orgánico, la energía eólica, la energía solar, y la producida por el agua mediante la instalación de  pequeñas turbinas[32]. Y, la misma Universidad, a través del CIDEC, ante los anuncios sobre la construcción de la represa de El Quimbo, expresaba su inconveniencia por la coyuntura económica adversa que se vivenciaba en esa época en el plano nacional e internacional[33].  
Una postura radical contra la inundación de tierras aptas para la producción alimentaria, alternativas ecológicas para la producción de energía y análisis económicos en torno a la inconveniencia de la construcción de la segunda hidroeléctrica, formaron parte de las primeras voces de resistencia frente a la tecnocracia central. En lo sucesivo y hasta comienzos del presente siglo, la dirigencia regional y los  medios de comunicación guardaron silencio. En conversación con  Don Reynel Salas Vargas, autoridad regional en esta temática, según sus consultas, expresa que estos proyectos habían sido suprimidos de los discursos oficiales porque no eran fuentes de manejo burocrático autónomo.    
Finalmente, a partir de 1991 han corrido ríos de tinta vertidos en  impresión de diagnósticos, Leyes, Ordenanzas, Acuerdos, Resoluciones y Directivas relacionadas con los recursos hídricos y su importancia sociocultural. Sobre ese mar de papeles, ¿será posible construir sueños en  los cuales  primen las lógicas humanistas, en armonía con las lógicas de la naturaleza?; y,  ¿será posible aterrizar este tipo de sueños, cuando en el contexto nacional prevalecen los intereses económicos, sin importar el naufragio de culturas ancestrales y fuentes alimentarias?
¡La naturaleza cobra la avaricia y la soberbia!



ANEXO No  1: PROYECTOS HIDROELÉCTRICOS EN EL HUILA 1982







ANEXO No 2: PROYECTOS HIDROELÉCTRICOS DEL ALTO MAGDALENA 1982





ANEXO No 3: PROYECTOS HIDROELÉCTRICOS CUENCA DEL RIO MAGDALENA 1982





[1] Ponencia presentada en el XVI Congreso Colombiano de Historia celebrado en Neiva  entre el  8 y el 12 de octubre de 2012
[2] Torres S., William Fernando y Pachón, Hilda Soledad Construir desde abajo. Subjetividades en la Región Surcolombiana. En Insurgentes. Construir región desde abajo. Varios autores. Ed. USCO, Neiva, 2003
[3] Para la historia de la electricida d en Colombia y el Huila  puede consultarse: COLCIENCIAS. Historia social de la ciencia en Colombia. Tomo IV Ingeniería e historia de las Técnicas (1). Ed. Tercer Mundo, Bogotá, 1993; MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS Y TRANSPORTE. Plan vial departamento del Huila 1982. Tomo IV Fuentes de energía-turismo. Ed. Empresa de Publicaciones del Huila, Neiva, 1982; BCH. Betania, energía para Colombia. Ed, Kimpres, Bogotá, 1994; Años de energía. 50 años Electrificadora del Huila. Ed, Kimpres, Bogotá, 1997; Olaya A., Alfedo y Sánchez R., Mario. Ecosistemas estratégicos del Huila. Significado ecológico y sociocultural. USCO. Facultad de Ingeniería, Neiva, 2003; Depatamento del Huila. Agenda Interna del Huila para la productividad y la competitividad. Ed. Surcolombiana, Neiva, 2007

[4] En el texto de COLCIENCIAS, Op. Cit., cita  al ingeniero neivano Rafael Nieto Paris como el primero que había propuesto para Bogotá el servicio de luz eléctrica. P. 327. Igualmente expresa que en Neiva se había iniciado el servicio  eléctrico en 1916 con una planta térmica de Clímaco Mejía. P. 234 y 254.
[5] Informe que el Secretario General de la Gobernación presenta al Gobernador del Departamento. En Informes de Gobierno 1912-1919. Archivo Academia Huilense de Historia, p. 93
[6]Ibídem.
[7] El ramal férreo  Espinal y Neiva se construyó entre 1919 y 1938.
[8] Gobierno departamental. Informe de gestión 1992-1993 y Programa 1994, Neiva, 1994, p. 40
[9] Periódico La Nación del 12 de agosto de 2012
[10] Salas V., Reynel. Electrificadora del Huila: antecedentes históricos. En Años de energía. Op. Cit.,p. 20 ss.
[11]Ley 151 de 1941. En Diario Oficial No 24843 del 22 de diciembre de 1941
[12] Salas V., Reynel. La electrificación en el Huila. Op. Cit., p. 17-18
[13] Salas V., Reynel. Op. Cit.,  p. 27 ss.
[14] Vargas Motta, Gilberto. Semblanzas del Huila. Ed. Los Cámbulos, Neiva, 1982, p. 110-112
[15] Revista Bosquejos del Huila, Neiva, 1955
[16] Según el corresponsal  Jorge Andrade Rivera, el 14 de septiembre de 1955 se había creado esta organización. Sin embargo, Camilo Francisco Salas Ortiz expresa que dicho organismo inició labores el 22 de febrero de 1964. En Historia General del Huila. Tomo 5, p.153
[17] Revista Semana No 492 del 16 de abril de 1956, p., 14
[18] Revista Semana No 498 del 4 de junio de 1956, p. 12-13, p., 12-13
[19] Gaceta del Huila No 2238 del 6 de febrero de 1960.
[20] Gaceta del Huila No 2262 del 14 de febrero de 1961
[21] Gaceta del Huila No 2278 del 2 de noviembre de 1961
[22] Huila 1970-1974. Cuatro años de progreso. Ed. Instituto Técnico Industrial, Centro Don Bosco, Bogotá, 1974, p. 155-157
[23] Para una mayor información, ver: Salas Ortiz, Camilo Francisco. En: BCH Betania. Op. Cit., p.48
[24] Santamaría, Germán. Frente al gran desafío…En Economía, política y cultura –Huila, años 80-; USCO, Neiva, 1986, p. 150
[25] Archivo Gobernación del Huila.
[26] Archivo Gobernación del Huila.
[27]Gobierno departamental. Informe de gestión 1992-1993. Op. Cit., p. 68
[28] El periódico La Nación de Neiva del 21 de agosto de 2012, trae el siguiente titular en la página 8: “¿Minicentrales eléctricas en el Alto Magdalena?
[29] Concepto tomada de Torres S., William Fernando. De la insularidad al naufragio. En Economía, Política y Cultura –Huila, años 80- ed. USCO, Neiva, 1986, p. 90-92
[30] Conversaciones con Eduardo Gutiérrez Arias, ex diputado y ex secretario de Agricultura;  y Héctor Ramón Ángel, dirigente del cooperativismo magisterial. Neiva, 2012
[31]Una de ellas encuentra en el  Editorial del Diario del Huila del 29 de noviembre de 18987
[32] Análisis Rural. Revista semestral de Ingeniería Agrícola, USCO, Neiva,. Año I, No I, de junio de 1982,p. 12-16
[33] Artículo periodístico “Por qué el proyecto del Quimbo no es factible hoy?” del Diario del Huila del 3 de noviembre de 1987, p.3 

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