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Agosto

Alguna vez escribí que agosto es un mes tonto. Y, en efecto, lo es. Al menos aquí en esta parte del mundo donde la mayoría de las personas salen o tienen que salir a vacaciones justo en esta época del año. Es tonto porque muchos establecimientos cierran y a veces te ves en dificultades para comprar cualquier cosa básica. Aunque hay que decir que las tiendas de los pakis e hindúes te echan una mano en esos casos puesto que casi nunca cierran sus puertas -al menos en aquellos barrios alejados del centro. Y es tonto porque a la que te encuentras con alguien siempre te preguntará ¿a dónde has ido de vacaciones? Es como si fuese una obligación via-jar-a-al-gu-na-par-te. Es tonto porque todo se paraliza, bueno, excepto los bares que como bien dice el refrán "hacen su agosto". Así que se torna difícil conseguir un empleo, una tuerca, un grifo, un cerrajero, un lampista... Pero agosto tiene también cosas positivas. La ciudad se despeja de coches y es posible transitar por sus calle

Saudade

Tu aroma de hierbabuena yace en el velo ajado de mis nostalgias .

Dos cosas

La primera: Ya se puede consultar on line la tesis doctoral "Relaciones sociales y prácticas de apropiación espacial en los parques públicos urbanos. (El caso del Parc de Les Planes de L’Hospitalet de Llobregat - Barcelona)", de quien esto escribe, en el siguiente link: http://www.tesisenxarxa.net/TDX-0626108-113928/index.html La segunda: Durante mi estadía en Colombia me hicieron una especie de entrevista, nada profunda, que aparece publicada en el diario regional La Nación , de Neiva-Huila. No es exactamente una entrevista "seria" en el sentido estricto del término sino más bien jocosa cuyo fin último es mostrar una cara amable y divertida sobre tópicos un tanto intrascendentes. Bueno, aquí va el link: http://www.lanacion.com.co/index.php?content=243&id=2079

Benedetti, otra vez

Benedetti está conmigo desde aquella época de universitaria utópica en las que creía que se podía cambiar el mundo. Entonces, debajo del limonero que había en la Facultad de Educación, una voz preciosa me enseñó a conocerlo. Y Benedetti, a pesar de algunos detractores seudointelectuales, se convirtió en mi amigo inseparable junto con Vallejo, Whitman, Lorca, Gioconda Belli, Dulce María Loynaz, Rimbaud... ¡Cómo olvidar, por ejemplo, aquella "Táctica y estrategia" o "Hagamos un trato" o "Me sirve y no me sirve" que compendia tan bien la revolución con el amor, el deseo de cambiar el estado de cosas con el sentimiento amoroso más noble y vital, más pasional y sereno! Hoy, que la canícula mediterránea se cuela por el balcón como esta nostalgia estival que me acompaña, vuelvo a aquellos poemas y recupero uno que siempre llevo conmigo: Táctica y estrategia Mi táctica es mirarte aprender cómo sos quererte como sos Mi táctica es hablarte y escucharte construir con

Volver con lluvia en los ojos

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Llegó el día del regreso y como sucede en estos casos, la tristeza se convierte en una compañera permanente. Dejar los amores familiares, los afectos filiales, los amigos y las amigas, las calles abarrotadas con el mismo acento, las montañas azules, las palabras nuevas y altas como las cumbres andinas, la ilusión de los amaneceres a orillas del Magdalena... Dejar los recuerdos incrustados en el alma y regresar a este viejo mundo salpicado de casas añejas y calles limpias y atardeceres mediterráneos. Y lejanía. Y ausencia. Y entonces te preguntas si vale la pena estar tan lejos de aquellos lugares que están más allá de las palabras, más allá de los deseos. Lugares donde transita tu infancia, tu juventud y tus sueños y todo aquello que un día fue mágico y nuevo y latente. Y vuelves los ojos a la realidad y descubres tan pocas salidas que te acostumbras a la tranquilidad de los parques y la calle, al placer de una tarde desde la terraza de un bar mientras tomas una cañita y observas a la

La Laguna

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En el sur de Neiva, a diez minutos de casa de padres, hay un lugar increíble. Se trata de una laguna de aguas cristalinas, que se constituye casi en un prodigio en medio de la canícula y de la creciente y desaforada urbanización de que es objeto la ciudad. Contemplar este espacio natural es volver los ojos a un ecosistema que seguramente pronto desaparecerá si no se toman las medidas convenientes para su preservación. Garzas, gallos de agua, patos silvestres, entre otras variedades de aves, se pueden observar aquí. Al igual que babillas (una especie de caimán más pequeño e inofensivo cuya carne es muy apreciada en algunas comunidades) y una gran variedad de peces que saltan en las orillas como queriendo saludar a los visitantes. También hay lotos, juncos y muchos otros tipos de plantas acuáticas y árboles. Este pequeño lago está situado dentro de los predios de una hacienda de una reconocida familia latifundista de la región. Hace dos años fui allí pero clandestinamente porque no esta

Insomnio

Anoche, como las últimas cuarenta y una, dormí con tu imagen en mis sentidos pero fue distinto: tenía un sabor agridulce en los labios y la constancia incierta de que habían agujeros en el cielo enormes bocas oscuras que ocultaban tu voz y tu presencia hecha de memorias y ternuras de palabras transparentes como este día cobijado por el sol, como los cerros inmensos que observo desde la ventana. Anoche el insomnio era un monstruo vigilante que golpeaba mi alma con guijarros encendidos y una lágrima furtiva se enredó en mi pelo huérfano de tí, íngrimo de tí, triste de tí... y la ciudad hermosa hasta hace poco se convirtó en un laberinto gris y mis palabras fueron agua y mi voz sólo un eco olvidado y mi amor por ti una certeza afilada en el silencio.

Al Sur, al Sur, al Sur...

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¡Los días pasan tan veloces cuando se está en armonía! Y una manera de estarlo es volver a este país maravilloso –mi bello país herido, lastimado y olvidado por los dioses-. Llevo casi 20 días aquí y me parece que llegué hace un instante. Así he descubierto una Bogotá digna, iluminada por los cerros enormes y por unas ganas ciertas de ser una metrópoli de referencia. Una ciudad que cuando amaina la lluvia se convierte en una magnífica expositora de la luz y el color. Una urbe que ha vuelto sus ojos también hacia su zona antigua, allí se yergue La Candelaria con sus calles empinadas y sus casas amplias y acogedoras donde seguramente deambulan seres prodigiosos que aman y sueñan mientras beben un vino caliente con frutas o un canelazo que enciende el alma y el cuerpo. Pasear por algunas calles y parques de Bogotá es sentir su olor de hierbas húmedas y perderse entre el verde de las montañas y el cielo bordado por nubes de formas inverosímiles o por un azul intenso cuando el sol respland

Silencio canicular

Veo las mismas calles de entonces y los mismos árboles azotados por el viento de la tarde. Ceibas Almendros Pomarrosos Aquí el tiempo se condensa en el calor que brota del valle e impregna la piel y los sentidos. La canícula es una diosa inclemente que sin compasión se posesiona de las casas y los patios de las plazas y las calles. Ella nos condena a la noche y los amaneceres -los mismos que todavía no compartimos- y nos niega los días claros signados por un sol infernal que fustiga al más valiente. Y aquí en medio de la canícula existes tú. Llegas en el rumor del río y en el canto de los pájaros y en las calles ardientes en las que dejamos marcados nuestros pasos. Estás en cada uno de los segundos en los que la canícula me condena al silencio...

Palabras de despedida

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(A mis excompañeras y excompañeros de trabajo) Dicen que la amistad, como aquellos amores que trascienden las fronteras del tiempo y el espacio, nunca muere. Y dicen también que de todo se aprende y que en las circunstancias vitales más adversas o más modestas o más triviales o más vulgares (por lo comunes y obvias) siempre existe un espacio forjado por aquellos nexos que nos hermana a todos y todas, que nos hace partícipes de una misma condición. Nexos construidos en la convivencia cotidiana y que en algunas ocasiones superan la esfera, el momento, el marco en el que surgen para llegar al reino de los afectos ciertos. Y es que justo cuando las condiciones no son las mejores, cuando se piensa que todo está perdido y que nada vale la pena, cuando desesperas al comprobar que existe una suerte de complot para joderte, (perdonarme esta expresión, sobre todo aquellas personas que me leen allende el Atlántico)... es justo allí, cuando, en efecto, surge lo mejor -y lo peor también- de nosotra

Tarde de Ballet con Luna

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Y después de tantos meses de ensayo ayer se realizó el festival. Una actividad que organiza la escuela de Ballet Tecla Sala a donde Luna acude desde los 4 años. Fue un espectáculo lleno de música, movimiento y color pero un poco largo. ¡Más de tres horas y media! "Esta vez se han pasado tres pueblos", decía un padre enfadado con su chiquilla, dormida, en brazos. Pese a ello las niñas estuvieron estupendas en cada una de sus presentaciones y los trajes sencillamente hermosos (como el precio $). Todos y todas nos lo pasamos muy bien, pero más las niñas que después de tantas horas de tensión aún sonreían animadas a las 11 de la noche. La música, los matices de color, la danza, las risas de las ballerinas embellecieron una tarde noche de domingo que pudo ser como cualquier otra. Y allí estábamos los padres y madres mirando a nuestras hijas con emoción. Observando sus movimientos y seguramente alguna o alguno pensando ¡cómo pasa el tiempo: mi nena se hace mayor!. Y lo más importa

La mirada

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Una de las cosas más interesantes con las que una se puede encontrar al estudiar el espacio urbano - o sólo al trasegarlo- es la gestión de la mirada. Si, la manera como la administramos para orientarnos y para emitir señales que permitan los tránsitos fluidos de los/as copresentes en un espacio dado. Gestionarla de modo tal que se convierta en un mecanismo de comunicación básico y no en lo contrario, esto es, en un marco de ambigüedades. Goffman llamaba muy lúcidamente a esa capacidad de gestión que todas las personas tenemos "inatención civil", que no es otra cosa que utilizar la mirada cómo una prótesis para la convivencia. Mirar de manera educada y correcta para no incomodar a quien se tiene delante cuando se cruza una calle, cuando se va en el metro o se comparte un banco, etc. Pero la línea de la inatención civil es muy fácil de cruzar. Para el caso quiero hablar sobre una experiencia personal. Esta mañana, tuve que desplazarme hasta una calle céntrica de Barcelona para

Maravilla del primer día de junio

De repente una palabra lúcida, transparente y eterna. Infinita como los recuerdos que se agolpan esta mañana de junio. Profundos lazos se avizoran en la lluvia tímida que cae sobre los tejados. Pequeñas gotas de agua se deslizan por la memoria: Hay una sonrisa transparente y una cruz enorme sobre la ciudad esquiva y enamorada a la vez. hay pétalos en mis manos Y 18 años. Hay un recorrido de besos Y placeres negados… Tus palabras han excitado mi alma me he quedado sin voz, sin aliento la memoria toda se llena de ti.

Indicios

Hay una huella más allá del tiempo y una ventana que mira a la mar con su azul ausente y su ojo cuadrado. De la ciudad a tus manos sólo hay cuerpos en agitación perpetua y ojos buscándose. Amaranta Güell, Barcelona 2006.

La antropología y el gallo (Parte II)

El canto del gallo duró poco. A los cuatro días de haber colgado la nota anterior dejé de sentir esa voz de tenor aviar. Y experimenté un poco de tristeza porque de alguna manera me parecía extraordinario que en esta veciendad se pudiese escuchar ese eco del pasado. Eco, que según me contaban algunos vecinos inmigrantes andaluces y almeriences que vinieron en la década de los 60 y 70 a esta ciudad, era muy común entonces. Me decían que, tal como ocurre en Colombia y otros países latinoamericanos, los recién llegados cargaban con el perro y las gallinas y que muchos tenían hasta cerdos en sus patios. Llegaban con el campo a cuestas, con sus costumbres, con sus estilos de vida. Pero la ciudad se verticalizó y sus habitantes se hacinaron en edificaciones sin patios y sin árboles. Los niños dejaron de jugar en la calle y los coches ocuparon los espacios... Fueron quizá 10 o 15 días. Un breve lapso en que el canto del gallo nos provocó una sonrisa de incredulidad y sorpresa y también de ale

La antropología y el gallo (Parte I)

Aquel tópico que habla sobre las mujeres y las dificultades que tienen para conciliar vida familiar-laboral-creativa casi siempre se cumple. Quizá por ello muchas pensadoras, literatas, científicas, etc. nunca tuvieron hijos ni una carga familiar asfixiante. Y las que se decidieron por la maternidad por lo general eran féminas acomodadas que podían pagar a otras mujeres para que ayudasen en el cuidado de los hijos y para que realizacen los desagradecidos y aburridores trabajos domésticos. No es mi caso, por supuesto, ni el de miles de mujeres que hacen malabares para ejercer su autonomía personal y profesional a la vez que son madres. Por ello quizá, muchas de nosotras tenemos que recurrir a aquellos intersticios que se producen entre actividad y actividad. O simplemente le robamos horas al sueño para poder escribir, leer o realizar cualquier otra tarea intelectual. No es lo más adecuado para, por ejemplo, dedicarse a la escritura de aquella novela comenzada hace años o al tallereo de

Crónica de un viaje en AVE

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El tren partió justo a las 7:30 de la mañana de aquel lunes de principios de abril. Con la expectación normal por mi primer viaje en AVE me acomodé en el asiento mientras hacía un recorrido visual por el espacio y sus ocupantes. Considerable distancia entre los asientos, suelo tapizado y una pantalla general justo al frente que permite observar la hora, el tiempo y la velocidad que poco a poco se aproxima a los 300 kilómetros por hora. Es como si voláramos. Le dije a Bety mi amiga y compañera de asiento que también se bautizaba en este tipo de transporte. En cuanto a la gente, mi primer análisis global -fijándome en las apariencias y en las conversaciones- me permitió hacer una clasificación a priori : algunos políticos que hablaban del congreso de diputados y sus "majestades", una mujer mayor que minutos antes había llegado acompañada a la estación por un hombre joven, algunas mujeres de mediana edad solas (por su fachada parecían ejecutivas que viajaban a Madrid por razones

Anuncio de buen tiempo

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Es un día para salir de casa Tomar el metro y bajar En cualquier esquina Sin pensarlo Sólo por un golpe de azar. Oler las calles en salmuera Y mirar el cielo oxidado Y adivinar su azul dormido En el horizonte. Observar como al descuido La gente que pasa Con sus incógnitas en la piel. Es un día para ser gusano Cuerpo transparente Con sus sentidos excitados. Martha Cecilia Cedeño Pérez Marzo de 2008.

Sólo a veces

De mi amiga Osorio este poema cristalino y esencial como ella. Podéis verlo también publicado en su blog: http://www.queeslavidaunailusion.blogspot.com/ Sólo a veces A veces, los martes, brotan de mis manos flores de geranio blancas; a veces, hiedra pegajosa, incluso, a veces, los dedos paren poemas . Osorio

Noam Chomsky

La organización de derechos humanos Colombia Support Network con sede en Estados Unidos dio a conocer en días pasados el siguiente mensaje del lingüista y profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets, Noam Chomsky en apoyo a la jornada de homenaje a las víctimas en Colombia el próximo 6 de marzo: “ For far too long, Colombians have suffered torture, displacement, disappearance, and general misery under the dark shadow of paramilitary and military terror, constantly taking new and more menacing forms. To our everlasting shame, citizens of the United States have unwittingly made a decisive contribution to these horrors for close to half a century. The vigil on March 6 is a courageous stand by the victims and their supporters, in Colombia and around the world, a passionate plea for this savagery to be brought to a final end. Please join them in any way you can, and help to bring to this wonderful country the justice and peace that its people richly deserve ”.