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La ventana o el vórtice espacio tiempo

Ese domingo desperté a las 5.30 de la madrugada. Me enfadé por ello pues tuve la absoluta convicción de que mi reloj laboral nunca dejaba de funcionar. ¡Era domingo y estaba en México, joder!  Había llegado cuatro días antes para participar en un evento académico sobre ciencia y arte del paisaje  y me hospedaba en un hostal modesto del centro  histórico de Querétaro, una vieja casona acondicionada para viajeras como yo, es decir, para gente sin muchos recursos que busca este tipo de lugares solo para pasar la noche. No obstante, en mi caso, había un motivo más: estaba situado en el casco antiguo de la ciudad, uno de los mejores conservados de todo México y ello permitía desplazarme por sus esquinas para contemplar las hermosas construcciones, las calles adoquinadas y limpias,  las  imponentes iglesias apostadas casi en cada manzana con sus torres arañando el cielo, y la atmósfera clara de un lugar extraordinario cuyo aliento hablaba de otros tiempos, otras vidas, otras maneras de sen

EL PLEBISCITO: IRAS Y PAZ

Por: Ananías Osorio V. Docente Los resultados del plebiscito mostraron que pudo más el cerebro emocional que el racional. El emocional operó en el NO al acumular todo tipo de iras: iras de orden económico, político, militar, social y religioso. Operó en el SI al acumular todo tipo de triunfalismos: Colombia, paraíso terrenal a partir del 3 de octubre. La mezquindad de lado y lado frente a la Paz fue latente. En ese mar de iras,  triunfalismos y mezquindades, el cerebro racional quedó atrapado en los anhelos de paz de millones de ciudadanos  generosos y en  las entrelineas de las 297 páginas del acuerdo.  La emocionalidad no dejó actuar a la inteligencia, hasta el punto que ambos bandos no previeron un plan B, bandos que de paso solo representan  menos de una tercera parte del potencial electoral. ¿Y el resto de la población? ¡Pues una parte, atrapada  en la  angustia asistencial no la dejó pensar ni actuar en ningún sentido, y la otra, le importó un bledo! Una vez más

EL SI PLEBISCITARIO, UN PLUS DE ESPERANZA

Por: Ananías Osorio Valenzuela Docente Según registros históricos, en casi 200 años de vida republicana, las élites no han cesado de generar conflictos por el poder político y económico, uno de los ORÍGENES de la horrible e intermitente   noche que sigue padeciendo e pueblo colombiano.  El acuerdo de la Habana (2016) busca resolver una de las CONSECUENCIAS del más largo conflicto. Dicho acuerdo lo firman un sector de las elites y un grupo armado de la población afectada por el conflicto entre elites de mediados del siglo XX. Otro sector de las elites le apuestan al NO plebiscitario soportado en  revanchismos ancestrales. Y otro grupo armado de la población al menos manifiesta estar dispuesto a negociar. Igualmente insinúa esa posibilidad las disidencias armadas de anteriores amnistías. Por tanto, el conflicto por el poder continuará. A pesar de los pesares, el SI plebiscitario, es un plus de esperanza imposible de dejar escapar.     Y el grueso de la población seguirá a

MAMÁ ROSITA – Parte II

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Rosa, Rosita, Rosa,  acunó mi infancia. Acarició mi vida con la fragancia de su mirada reverdecida, con el calor de su sonrisa y sus manos prestas a peinar mis cabellos y mis ilusiones.   Su presencia acompañó también los días de mi adolescencia y mi adultez. Fue testigo de mis primeros amores y mis penas inventadas cuando sólo era una muchacha romántica que leía a destajo para vivir otras historias, para trasegar otros caminos.  ¡ Cuando yo  era una bella muchacha feliz! Mamá Rosita  Rosa, Rosita, Rosa fue mi cómplice. Mi compañera de viaje cuando iba a por ella hasta la casa de la tía Miriam donde pasaba largas temporadas. En esos trayectos me preguntaba por mis novios y me miraba con sus ojos pillines para sonsacarme información. Alguna vez corrió tras de mí en Paicol ante una inminente necesidad fisiológica. Entonces dije al conductor que ella necesitaba con urgencia un baño. Pero no era para Rosita, era para mí.  Y cuando Rosa, Rosita, Rosa, estaba en casa,
MAMÁ ROSITA – Parte I Rosa, Rosita, Rosa Tenía los ojos verdes. Dos farolillos encendidos que hablaban en un roce de párpados.  Eran juguetones y dulces. Brillaban con la sabiduría de una vida hecha desde las márgenes.  Y así fue, en efecto, desde su nacimiento -en  un lluvioso octubre-  ocurrido en los albores del siglo XX,  en una tierra estéril y triste.    Su madre Sara supo que estaba de parto cuando un torrencial se deslizó por sus piernas e inundó la casa. Entonces como pudo avisó a la partera de esos contornos para que le ayudase en la tarea fundamental y siempre sorprendente de traer un nuevo ser a un mundo para nada claro, sobre todo para Rosa cuyo camino estaría signado por ser una hija “natural”, una “bastarda”. La hija no reconocida de un terrateniente casado y con una prole magnífica que seguramente heredaría su fortuna.  Rosa. Rosita. Rosa. Sería siempre la hija de una mujer casquivana que no tuvo ningún remilgo en acostarse con su “patrón” a sabiendas d

Los últimos estertores de la guerra

El pasado miércoles 22 de junio, mientras daba los últimos toques a mi look de proletaria ilustrada,   escuché la noticia más importante de los últimos 60 años: ese día era el último de la guerra en Colombia. Una guerra que ha bañado, literalmente, los campos y las ciudades de muerte.  Una confrontación demencial que ha acabado con la vida de cientos de miles de personas y  ha expulsado a millones de ellas de sus tierras, sus casas, sus  sueños.    Una "guerra de baja intensidad" -como suelen llamarla algunos- que según el Centro de Memoria Histórica   desde 1958 hasta el 2012 mató a  258.000 personas. Y que ha ocasionado otra serie de situaciones de dolor tal como se puede percibir en las siguientes estadísticas del organismo antes mencionado : -Entre 1970 y 2010 ocasionó el secuestro de 27.023 -Entre 1981 y 2012  produjo 16.340 casos de muertes selectivas y 23161 víctimas -Entre 1988 y 2012 ocasionó 716 casos de acciones bélicas con 1344 víctimas, 5138 ataques

Otredad

Eres extranjero en tu casa y sombra en la calle lejana: transeúnte silencioso  con nuevas agonías  en los párpados. De Versos en claroscuro ( Barcelona: in-Verso)

Poesía del extrañamiento

Hace unos días  el escritor Philip Potdevin publicó una generosa reseña sobre mi obra poética en su blog  bajo el título Poesía del extrañamiento en Martha Cecilia Cedeño. Debo confesar que fue una grata sorpresa que me llenó de entusiasmo e ilusión.  La podéis leer aquí .

PALABRAS DE DESPEDIDA PARA MI ABUELO MIGUEL ÁNGEL

Abuelo - roble, sabio, pájaro-: Hoy me he vestido de rojo para homenajearte.  Para exaltar tu vida de empeño, de constancia, de lucha. Para recordar cómo saliste indemne de las dificultades cotidianas, de la violencia antigua y nueva, de la pobreza, de la sinrazón, a través del esfuerzo y la desbordada inteligencia. ¡Y sí que eras inteligente, abuelo!  Y no lo digo porque acumularas más conocimientos universales que muchas personas que dicen ser doctoras -aún recuerdo los largos interrogatorios a los que me sometías cuando estudiaba el bachillerato para comprobar mis conocimientos: yo temblaba ante la mínima posibilidad de equivocarme-, sino porque siempre encontrabas una solución creativa a las situaciones más  adversas. Como cuando emprendiste el camino de la incertidumbre junto a tu mujer y tus hijos e hijas para construir un lugar en la selva en donde pudiese habitar la esperanza. Allí, en la espesura de la manigua caqueteña, forjaste en compañía de tu prole un hogar a base d