Entradas

POEMAS EN TRÁNSITO (OCEÁNICO)

Imagen
Este poemario nace como un mensaje de texto (SMS) en un tiempo en el que aún no existía WhatsApp ni las redes sociales. En un momento en que era necesario nombrar y compartir la belleza y la maravilla de lo nuevo cuando se estaba lejos. Primero fue en Cuba, luego Grecia, Alemania, Colombia, Argentina, México… Y siempre Barcelona y sus calles y sus amores perdidos y su luz clarividente. Y también Bogotá con sus montañas y sus caminos y sus lluvias grises. Así se gestó este libro: a partir de mensajes que mi entrañable amiga Pilar y yo nos enviábamos, con sus respuestas y sus silencios. Y el resultado es un texto simbiótico en el que interactúan las palabras y las músicas de la una y de la otra, sin que al final se sepa quién escribió qué.   ¡Y esa era la idea! Lograr una armonía en el fondo y en la forma; en el sentir y el decir; en la ausencia y la presencia; en la melancolía y la esperanza. En ese sentido este poemario no es otra cosa que “cartas transoceánicas de amor-

MUJERES, ESPACIO PÚBLICO Y LÚDICA

Por: PhD. Martha Cecilia Cedeño Pérez Universidad Antonio Nariño Universidad Pedagógica Nacional  La relación mujer espacio público es compleja pues, entre otras cosas, revela las subordinaciones y exclusiones que se pueden apreciar en la sociedad mayor. Y esto es así porque tal como lo analiza Arent en su paradigmático libro La condición humana (1996), desde la misma antigüedad griega se establecieron los ámbitos   de lo público y lo privado como esferas que marcan irremediablemente la vida cotidiana de hombres y mujeres.    En este caso responde a una dicotomía que fragmenta el mundo y las formas de percibirlo y de aproximarse a él; y que hace parte de esa   suerte de taxonomización de la realidad que alcanza su punto más álgido en aquella de cuerpo-espíritu cuya enunciación queda definitivamente revelada en el reparto de lo uno para la ciencia y lo otro para la religión.   En el caso de la esfera pública, según la autora antes mencionada, corresponde a aquel lugar en e

La estética de la muerte

Imagen
Sensibilización cultural es una de las clases que oriento en una universidad colombiana. En principio ésta se concebía como una asignatura netamente teórica; no obstante, si nos atenemos a su nombre, su esencia no reposa en un concepto sino en el aura de los sentidos, en la posibilidad de acercarse efectivamente al mundo del arte y la cultura.  Por ello, con un par de profesores  que también orientan dicha disciplina en otros grupos, nos dimos a la tarea de replantear su naturaleza y sacar al estudiantado del aula. Lo primero que hicimos fue llevarlos al Museo de Arte Moderno de Bogotá para que apreciaran la exposición De la línea al espacio .  Fue una experiencia magnífica porque algunos/as  nunca habían ido a un museo. Por increíble que parezca era su primera vez en un lugar de esas características. Ese día el clima se alió con nosotras y permitió disfrutar de una jornada de arte y cielos despejados. La última actividad que realizamos fue un paseo al Cementerio Central de Bogot

La ventana o el vórtice espacio tiempo

Ese domingo desperté a las 5.30 de la madrugada. Me enfadé por ello pues tuve la absoluta convicción de que mi reloj laboral nunca dejaba de funcionar. ¡Era domingo y estaba en México, joder!  Había llegado cuatro días antes para participar en un evento académico sobre ciencia y arte del paisaje  y me hospedaba en un hostal modesto del centro  histórico de Querétaro, una vieja casona acondicionada para viajeras como yo, es decir, para gente sin muchos recursos que busca este tipo de lugares solo para pasar la noche. No obstante, en mi caso, había un motivo más: estaba situado en el casco antiguo de la ciudad, uno de los mejores conservados de todo México y ello permitía desplazarme por sus esquinas para contemplar las hermosas construcciones, las calles adoquinadas y limpias,  las  imponentes iglesias apostadas casi en cada manzana con sus torres arañando el cielo, y la atmósfera clara de un lugar extraordinario cuyo aliento hablaba de otros tiempos, otras vidas, otras maneras de sen

EL PLEBISCITO: IRAS Y PAZ

Por: Ananías Osorio V. Docente Los resultados del plebiscito mostraron que pudo más el cerebro emocional que el racional. El emocional operó en el NO al acumular todo tipo de iras: iras de orden económico, político, militar, social y religioso. Operó en el SI al acumular todo tipo de triunfalismos: Colombia, paraíso terrenal a partir del 3 de octubre. La mezquindad de lado y lado frente a la Paz fue latente. En ese mar de iras,  triunfalismos y mezquindades, el cerebro racional quedó atrapado en los anhelos de paz de millones de ciudadanos  generosos y en  las entrelineas de las 297 páginas del acuerdo.  La emocionalidad no dejó actuar a la inteligencia, hasta el punto que ambos bandos no previeron un plan B, bandos que de paso solo representan  menos de una tercera parte del potencial electoral. ¿Y el resto de la población? ¡Pues una parte, atrapada  en la  angustia asistencial no la dejó pensar ni actuar en ningún sentido, y la otra, le importó un bledo! Una vez más

EL SI PLEBISCITARIO, UN PLUS DE ESPERANZA

Por: Ananías Osorio Valenzuela Docente Según registros históricos, en casi 200 años de vida republicana, las élites no han cesado de generar conflictos por el poder político y económico, uno de los ORÍGENES de la horrible e intermitente   noche que sigue padeciendo e pueblo colombiano.  El acuerdo de la Habana (2016) busca resolver una de las CONSECUENCIAS del más largo conflicto. Dicho acuerdo lo firman un sector de las elites y un grupo armado de la población afectada por el conflicto entre elites de mediados del siglo XX. Otro sector de las elites le apuestan al NO plebiscitario soportado en  revanchismos ancestrales. Y otro grupo armado de la población al menos manifiesta estar dispuesto a negociar. Igualmente insinúa esa posibilidad las disidencias armadas de anteriores amnistías. Por tanto, el conflicto por el poder continuará. A pesar de los pesares, el SI plebiscitario, es un plus de esperanza imposible de dejar escapar.     Y el grueso de la población seguirá a

MAMÁ ROSITA – Parte II

Imagen
Rosa, Rosita, Rosa,  acunó mi infancia. Acarició mi vida con la fragancia de su mirada reverdecida, con el calor de su sonrisa y sus manos prestas a peinar mis cabellos y mis ilusiones.   Su presencia acompañó también los días de mi adolescencia y mi adultez. Fue testigo de mis primeros amores y mis penas inventadas cuando sólo era una muchacha romántica que leía a destajo para vivir otras historias, para trasegar otros caminos.  ¡ Cuando yo  era una bella muchacha feliz! Mamá Rosita  Rosa, Rosita, Rosa fue mi cómplice. Mi compañera de viaje cuando iba a por ella hasta la casa de la tía Miriam donde pasaba largas temporadas. En esos trayectos me preguntaba por mis novios y me miraba con sus ojos pillines para sonsacarme información. Alguna vez corrió tras de mí en Paicol ante una inminente necesidad fisiológica. Entonces dije al conductor que ella necesitaba con urgencia un baño. Pero no era para Rosita, era para mí.  Y cuando Rosa, Rosita, Rosa, estaba en casa,