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Mostrando entradas de febrero, 2011

Belleza elemental

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La planta apareció a principios de octubre en aquella maceta yerma en la que había intentado plantar lechugas y tomates ecológicos. Ya sabéis por aquello de “ten un huerto en tu balcón”.   Debo confesar que después de un tiempo de intentar cultivar algo verde allí perdí toda esperanza pues las plantas se morían al poco tiempo de sembrarlas y las semillas se negaban a germinar. “Esa tierra es mala, debes cambiarla” me dijo mi amiga Isabel. No le hice caso. Así que la maceta   permaneció en el balcón durante más de un año abandonada a su suerte con la única compañía de un juguete de mi hija. Pero todo cambió en octubre pasado a nuestro regreso del otro lado del Atlántico.   ¡Hay dos plantitas en la maceta, mama! gritó Luna.   Y sí: allí habían dos briznas verdes muy pequeñas que lentamente fueron creciendo hasta convertirse en un tomatera (que está a punto de morir pues nació en una época equivocada) y en una planta cuyo nombre no sé. ¡Me parece que es un yerbajo! Me dijo Javi mi compañe

Un poema de Federico García Lorca

Ciudad sin sueño (Nocturno del Brooklyn Bridge) No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie. No duerme nadie. Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas. Vendrán las iguanas vivas a morder los hombres que no sueñan y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros. No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. No duerme nadie. Hay un muerto en el  cementerio más lejano que se queja tres años porque tiene un paisaje seco en la rodilla; y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase. No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas. Pero no hay olvido, ni sueño; carne viva. Los besos atan las bocas en una maraña de venas recientes y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso y al que teme

Berlusconi y las mujeres

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Parece que Berlusconi tiene un grave problema con las mujeres. Bueno, con las féminas y con el pueblo italiano.  Pero ese problema viene de lejos. Desde que este sinvergüenza  construyó su imperio económico y  se  adentró en la política de la peor manera, esto es, a base de corrupción, fraude y otras lindezas. Y ebrio de éxito se dio a la tarea, como muchos otros que detentan un poder desmedido,  de apropiarse de todo: de los medios, las conciencias, los cuerpos. Sobre todo de los cuerpos de jovencitas bellas y vulnerables.  Y todo ello bajo una impunidad a todas luces reprobable. Ahora este espécimen italiano decadente, rezago de un machismo que aún habita en la cultura latina, se las tiene que ver con la justicia. Ya era tiempo de que pisara los tribunales pues  muchas personas no entendíamos cómo un pueblo con una tradición cultural tan importante viviera tanto tiempo idiotizado, adormilado, indiferente ante sus desmanes.  Pero no, no va a ser juzgado ni por corrupción, ni por fra

Un día vulgar

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Este es un ejercicio de cámara que realicé hace un par de meses en el marco del curso  Documental i Gènere. Nada del otro mundo pero hay en él un entusiasmo inédito por captar esas imágenes cotidianas que están ahí, en la vulgaridad de los días...

Palabras

Desnudamos la mueca de la vida en el traje laberíntico de los versos. Encontramos guijarros blancos anudados a las palabras. (Martha  Cecilia Cedeño Pérez, Versos en Claroscuro , inédito, Barcelona, 2010)

Viernes 11 de febrero: tertulia con el poeta Josep Anton Soldevila

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Josep Anton Soldevila és Llicenciat en Ciències Econòmiques i Màster en Desenvolupament de Recursos Humans. Ha exercit diversos càrrecs en Institucions Artístiques i Culturals, com les vicepresidències del Cercle Artístic de Sant Lluc i de l'Academia Iberoamericana de Poesia. Escriptor bilingüe, ha publicat els següents llibres de poesia: La Frontera de Cristal (1.977 Ed. La Hormiga de Oro) i 1.999 Ed. Seuba); Les Paraules que no has après a Dir (1.985 Ed. Impal); Un Vast Naufragi de Somnis (1.989 Ed. Impal); Cendres Blanques (1.991, Ed. Columna. Llibre finalista del Premi Carles Riba de 1.990); Les Aus de Maig (1.995 Ed. Columna); Últim Refugi (2.002. Ed. P.P.U. Premi Viola d?argent dels Jocs Florals de Barcelona de l'any 2.000); L'Antologia Poesia Recollida 1985-2000 (2.004. Ed. Compte D'Aure). i El Llibre dels Adéus (2007 Ed. La Busca . Llibre finalista del XLIII Premi Ausiàs March). A més dels premis citats, va ser guardonat amb la Gran Medalla dels Jo

El fragor de la calle

Posted by  admin   on 6 febrero, 2011   in  Columnistas ,  Opinión   |   1 Comment Martha Cecilia Cedeño Pérez La calle nos recuerda una vez más que más allá de sus trazados, de los objetos que tatúan su rostro, de los tránsitos o emergencias que provoca, de las soledades y miserias que desvela, es la comarca por excelencia de la vida urbana.  Paradigma de la existencia moderna en cuyo seno la idea de acceso universal y por ello mismo de democracia configura una esencia hecha de fugacidades, negociaciones, conflictos, sucesos, tránsitos, percances, derivas… Dicho en otras palabras: en la calle cualquier cosa puede suceder.  De la emergencia a la revuelta, del flechazo a la caída, de la fiesta al horror… Este espacio abierto a toda suerte de especulaciones prácticas también es un escenario para la circulación de ideas e información y para el ejercicio de la autonomía en sus más altas significaciones. Por ello no resulta raro que a veces se convierta también en el lugar donde las agitac

El color de los muertos

La muerte representa el final de un camino que una quisiera siempre natural, es decir, el colofón normal de una vida de luchas, sueños, esfuerzos, alegrías y todo aquello que configura nuestro trasegar por el mundo. En ese sentido la muerte no es ni más ni menos que la culminación de un proceso y el comienzo de otro que ignoramos por completo. Pero una cosa distinta son los muertos. Aquellos cuerpos ateridos y plácidos en su condición de no-ser. Efigies marchitas tan iguales en su condición de objetos sin ánima y sin embargo, algunas veces, tan distintos por las circunstancias de su existencia y la de quienes los lloran. Colombia es un país en el que morir de viejo, de cansancio, de agobio, es decir, de muerte natural es casi un milagro. Los datos nos muestran las cifras de la sinrazón: miles de hombres, mujeres, niñas y niños víctimas de un conflicto atroz y endémico. Seres inocentes con las vidas rotas, acalladas, abatidas por la iniquidad de unos cuantos bárbaros que se atribuyen el