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Mostrando entradas de julio, 2006

En tránsito (I)

Escribo esta entrada con los efectos del jet lag y la fatiga de estar 3 días en tránsito. Aquí va la historia que parece una continuación de aquella que vivimos mi familia y yo el 22 de junio cuando por una negligencia de la companía aérea que nos llevaría hasta Bogotá, estuvimos más de 14 horas condenados en el aeropuerto el Prat de Barcelona. En aquella oportunidad el vuelo de Air Madrid (que así se llama la dichosa empresa) tuvo un retraso mayúsculo "por cuestiones técnicas"; primero se filtró la información de que el aparato en el que viajaríamos perdía combustible, y después, que tenía un problema en el motor y que estaban esperando una pieza de Bruselas (vaya motivación para hacer un vuelo trasatlántico para una persona como yo que sufre de espasmos musculares cada vez que se sube a un artefacto de estos). Así que después de un "levantamiento" de los pasajeros en el muelle internacional con música y guardias civiles incluidos, el avión partió a las 2:00 de la

Sobreviviendo en la canícula

Escribo desde la canícula después de una semana agotadora de lecturas al amanecer y escrituras imposibles. Es increíble cómo nos acostumbramos a la ligereza de la comodidad, a la certeza de tenerlo todo a mano. Aquí en cambio todo cuesta: habituarse al calor desesperante, conseguir textos fundamentales para elaborar el módulo que se me ha encomendado, conectarme a internet así sea a 52 k, lograr concentrarme en el trabajo con invitaciones de conocidos y familiares, salir a la calle tranquila y sin el temor de que alguien me pueda rapar el bolso o que de repente ocurra alguno de esos acontecimientos terribles que te hielan el cuerpo y el alma. El trabajo ocupa casi las 24 horas del día y siento que no he podido hacer las cosas que soñé realizar antes de partir de Barcelona. Hay muchos lugares por recorrer, mucha gente por recordar, muchos asuntos sobre los cuales discutir. ¡Es como si no estuviese de vacaciones! Me hago a la idea, sin embargo, de que son los días de placer más productiv

Atardecer en gris y oro

Imagen
No hay nada que decir. La imagen está ahí: montañas bajo un atardecer magnífico y la presencia constante de la gente que amo de aquí y de allá. ¿Se puede pedir algo más?