En tránsito (I)

Escribo esta entrada con los efectos del jet lag y la fatiga de estar 3 días en tránsito. Aquí va la historia que parece una continuación de aquella que vivimos mi familia y yo el 22 de junio cuando por una negligencia de la companía aérea que nos llevaría hasta Bogotá, estuvimos más de 14 horas condenados en el aeropuerto el Prat de Barcelona. En aquella oportunidad el vuelo de Air Madrid (que así se llama la dichosa empresa) tuvo un retraso mayúsculo "por cuestiones técnicas"; primero se filtró la información de que el aparato en el que viajaríamos perdía combustible, y después, que tenía un problema en el motor y que estaban esperando una pieza de Bruselas (vaya motivación para hacer un vuelo trasatlántico para una persona como yo que sufre de espasmos musculares cada vez que se sube a un artefacto de estos). Así que después de un "levantamiento" de los pasajeros en el muelle internacional con música y guardias civiles incluidos, el avión partió a las 2:00 de la madrugada, con la incertidumbre de si llegaría feliz a su destino.

La historia continúa el 27 de julio en el vuelo de regreso que, como cosa rara, sale de Bogotá con sólo una hora de retraso. Estaba feliz porque pensaba que sería un viaje mucho mejor que el de ida. Llegamos a Cartagena a las 9:00 en punto de la noche y después de bajar y subir turistas españoles, bronceados y ruidosos, el avión despega rumbo a España. El comandante informa "... este vuelo Cartagena- Madrid Barajas tiene una duración aproximada de nueve horas....", Oye, creo que se ha equivocado vamos a Barcelona, al Prat, no? "los comandantes... les desean un feliz vuelo a Madrid Barajas...". Dos supuestas equivocaciones hasta que el hombre "rectifica" y dice que en efecto el vuelo es hasta Barcelona. Creo que todo el pasaje estuvo más tranquilo después de esa aclaración.

A las 2 horas de vuelo (estabamos sobre el mar Caribe) empieza el movimiento. El comandante informa que pasamos por una zona de tormenta que duraría aproximadamente 20 minutos (para mí fueron como 20 siglos) y ordena al pasaje que se despierte. Yo ya me veía entre olas y tiburones en la más completa oscuridad (en el mejor de los casos, claro). Después de otro corto baile el avión no volvió a moverse más. Entre cuentas de horas y minutos me ví dos películas horrorosas, en el tiempo más lento que recuerdo. Después intenté dormir pero todo fue en vano: tenía el estómago y la mente hechos un nudo... y cuando veía que apenas estábamos sobre las islas Azores pensaba que nunca llegaríamos a nuestro destino.

A menos de una hora para llegar a Barcelona el comandante dice que nos tiene una mala noticia: el aeropuerto el Prat está en huelga y tiene que aterrizar en Barajas. Acabamos un desayuno horrible a toda prisa y nos disponemos a aterrizar. "Salió premonitorio lo de Madrid-Barajas que dijo el comandante en Cartagena, no?".

A las 2:24 tomamos tierra y a las 3:30 estamos en tránsito, sin maletas ni esperanzas de vuelo para Barcelona. Empieza la espera. Algunas personas dan vueltas por los pasillos mientras que otras descansan en los incómodos asientos. A las 4:30 la gente empieza a preguntarse qué pasará y por qué ningún funcionario de Air Madrid nos da una explicación. A las 5:30 el hambre y el enfado aprietan y empieza la protesta de algunos hombres y mujeres que reclaman una solución. El pasaje se reúne junto a un mostrador y empieza a gritar, una chica catalana saca una trompeta y comienza el acto de protesta más bello al que he asistido. La mujer toca con ritmo y los hombres y mujeres la siguen con golpes en el mostrador "Air Madrid Fuera", gritamos todos. Luna se ríe y disfruta el momento. La gente que va hacia otras partes se detiene y sonríe ante el insólito espectáculo que tienen a la vista. Los funcionarios del aeropuerto no se atreven a dirigirse al grupo. Después de casi media hora llega un funcionario de Air Madrid escoltado por guardias civiles y seguridad privada. "Esto se pone bueno". Algunos hombres y mujeres reclaman enfadados. Juanca es uno de ellos. Estoy nerviosa que este hombre se desboque. Luna qiere controlar a su padre. Los guardias civiles están de nuestra parte. El hombre de Air Madrid se va sin dar ninguna solución pese a que el pasaje tiene algunas: "Mandenos en autobus o en tren para Barcelona" No se puede "Tenemos hambre" Air Madrid no es la culpable de lo que pasa "Llevenos a un hotel" Vuelvo y digo que Air Madrid no tiene la culpa de nada.

A las 8:30 informan que podemos dirigirnos a la cafetería el Mirador. Allí comemos un sandwiche horroroso. A las 10:00 estamos acostados en los asientos de los pasillos. Duermo una hora. A las 11:00 una funcionaria nos dice que nos llevarán al hotel Auditorium y que el vuelo a Barcelona será el día sábado a las 9:30 de la noche. "Al menos podremos descansar", pensamos todos y todas.

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