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Vendaval

Sábado 10 de la mañana. Salón de casa. El sofá y un libro: Diario de una buena vecina de Doris Lessing. El rugido del viento quiebra las palabras y hago una pausa para mirar a través de la puerta acristalada. Un cielo azul y Eolo, furioso, gritando entre los edificios, las cornisas, los árboles de la calle, las persianas. Tira cosas en los balcones vecinos. Dobla el firmamento de antenas de los terrados. Desata la ropa de los tendederos: vuelan sábanas, toallas, pantalones, calcetines. Una camiseta roja llega hasta el tejado próximo, aquel donde cada domingo un hombre tiende la ropa mientras habla por el móvil. No había visto nada igual aquí. Cierro el libro, abro la puerta transparente, me asomo al balcón: tengo miedo. Y llega un recuerdo. Tenía 9 o 10 años. Vivía en una finca con unas vistas estupendas sobre un valle robado a la selva. Una construcción levantada sobre columnas de madera y un balcón mirador con plantas colgadas que caían en cascada encima de la baranda. Eran las seis

The woman in the art. La mujer en el arte

Este vídeo presenta un recorrido muy bien logrado por la historia del arte a través de la mujer. En él se pueden apreciar distintos momentos artísticos fundamentales en que la imagen femenina ha sido protagonista. Está en Youtube y ya tiene más de 8 millones de reproducciones.

A propósito del centenario de Lévi-Strauss

Desde hace unos días quería escribir un artículo sobre el centenario de Lévi-Strauss , uno de los científicos sociales más importantes del siglo XX (sumándome al torrente de escritos que se han producido sobre el mismo aspecto a lo largo del mundo). Y estaba en ello cuando encontré este texto de Manuel Delgado publicado en El País , que ahora reproduzco porque de manera lúcida registra la trascendencia e implicaciones de este autor. ............... Lévi-Strauss y el lugar de la antropología El gran investigador francés acaba de cumplir 100 años y su forma de mirar el mundo sigue cargada de una fuerte dimensión ética: pensar y dar a pensar el valor de la pluralidad humana, y la necesidad de defenderla Pocas serán las instancias culturales y académicas de todo el mundo que no estén celebrando de algún modo estos días el centésimo cumpleaños de Claude Lévi-Strauss, sin duda uno de los autores más influyentes del siglo XX. Todas las ciencias sociales, la crítica literaria, el psicoanálisi

Flores de invierno

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Después de unos días de frío y lluvia nada es tan reconfortante como aprovechar el sol que hoy, por fin, ha vuelto a brillar con intensidad. Así que una magnífica opción es salir de casa sin destino fijo, sólo con las ganas de dejarse llevar por el azar y por la calle que promete. Reencontrarse con esos placeres básicos de la contemplación y la deriva. Ora esta calle, ora este parque, ora esta plaza, ora este banco. Recorrer sin aspavientos la ciudad cercana y luminosa y redescubrir esas pequeñas maravillas que se encuentran en aquellos lugares casi anodinos por los que trasegamos cotidianamente. Unas flores espléndidas escondidas, una línea magnífica en aquel puente, un toque especial de aquellos edificios que en otras condiciones parecen fábricas postmodernas, un gato callejero en el parque… y la luz mediterránea que todo lo matiza y lo ilumina. Hoy los sentidos reviven en cada rincón de esta ciudad plena de formas y colores y aromas y movimiento. Domingo de sol que nos regala flore

Un poema de León de Greiff

RELATO DE SERGIO STEPANSKY ¡Juego mi vida! ¡Bien poco valía! ¡La llevo perdida sin remedio! Erik Fjordsson. Juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos la llevo perdida… Y la juego o la cambio por el más infantil espejismo, la dono en usufructo, o la regalo… La juego contra uno o contra todos, la juego contra el cero o contra el infinito, la juego en una alcoba, en el ágora, en un garito, en una encrucijada, en una barricada, en un motín; la juego definitivamente, desde el principio hasta el fin, a todo lo ancho y a todo lo hondo -en la periferia, en el medio, y en el sub-fondo…- Juego mi vida, cambio mi vida, la llevo perdida sin remedio. Y la juego, o la cambio por el más infantil espejismo, la dono en usufructo, o la regalo…: o la trueco por una sonrisa y cuatro besos: todo, todo me da lo mismo: lo eximio y lo rüin, lo trivial, lo perfecto, lo malo… Todo, todo me da lo mismo: todo me cabe en el diminuto, hórrido abismo donde se anudan serpentinos mis sesos. Cambio mi vida por lámp

De balances y otras cosas

Es frecuente hacer balances cuando un año se acaba. Se vuelve la mirada, a veces profunda a veces engañosa, sobre las cosas que nos han pasado e intentamos clasificarlas dentro de unos parámetros casi siempre maniqueístas. Lo bueno y lo malo. Es como si quisiéramos hacer una taxonomía radical en la que sólo vemos las acciones, los acontecimientos, las circunstancias vividas en dos colores: blanco y negro. Lo bonito y lo feo. Lo que es digno de recordar y lo que no. ¿Existen momentos intermedios? ¿Existen matices? ¿Existen mezclas, hibridaciones, conjunciones? Esa mirada en cuadrícula remite también a cierto cuestionamiento que a veces se nos hace: ¿Cómo ves el vaso: medio lleno o medio vacío? Si lo ves de la primera manera eres un optimista y si lo ves de la segunda, eres un pesimista. Confieso que yo siempre tiendo a verlo de la última forma. ¿Cómo ser optimista cuando en los balances generales del mundo sólo hay pérdidas para los de siempre, muerte, destrucción, odio, terror, hambre,

Terror en Gaza

Hoy, justo a la hora de comer, la tele replica su postre de sangre. Mientras los felices de la tierra descansan de los vaivenes de las fiestas (las reuniones, las comidas, las compras...), una orgía de dolor tiñe de rojo un territorio. Y tenía que ser aquel sagrado de las religiones occidentales -vaya paradoja. Allí, la muerte ronda los muros, las casas, las calles. Allí llueven gotas encendidas. Bombas que arrasan los árboles y los sueños. Y no puedo quedarme callada, ni mirar las noticias del horror. Y me enfurezco y me lleno de indignación. No comprendo el odio encarnizado contra un pueblo acorralado, vejado, expulsado sistemáticamente de una tierra que ha ocupado durante más de 2000 años. No comprendo el silencio de los poderosos del mundo que vuelven sus ojos hacia otro lado mientras un pueblo se desangra. Nada justifica el terror, la masacre, la muerte. ¿Hasta cuándo esa guerra ciega que todo lo cercena? Tengo un nudo en la garganta. No puedo comer con sangre. No puedo reir con m