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Imágenes de La Alpujarra

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Allí, en ese lugar de valles y  pueblos blancos engarzados en los barrancos,  de líneas sinuosas y abruptas plenas de belleza, de montes escondidos en los ojos de cabras salvajes y perdices; allí en las faldas del sur de Sierra Nevada, el aire es transparente y la mirada abierta y la vida sencilla y el paisaje una maravilla que se mece en la luz del día...  En las alturas   Pampaneira, Bubión,  Capileira y junto a la niebla movediza y blanca, Trevélez :

Poema sin título

Vivo un tiempo de andamios rotos -teclados oscuros en el paso de las horas-. El  cuerpo se fragmenta impotente en las herrumbrosas noches al filo del insomnio. En este tiempo de agujas y gritos metálicos presagio tu voz tus manos tu sexo rotundo.

La Alhambra

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Hablar de la belleza de la Alhambra es casi un pleonasmo. Esta maravilla en sí misma tiene un valor estético e histórico inmenso. Aquí las palabras sobran, se convierten en muletillas inútiles, en artilugios incapaces de describir al menos un poco su  magnífico perfil y las formas que la llenan.   Es una pena que se deba visitar tan deprisa, sin tiempo para detenerse en sus magníficos detalles, en la conformación de sus espacios y los objetos que lo llenan, en la placidez del agua con sus múltiples formas y  en los olores que embriagan los sentidos. Allí en medio de turistas hambrientos de imágenes fáciles me sentí desbordada por el reloj que anunciaba la entrada al palacio de los Nazaríes a las tres de la tarde. Me sentí acosada por los recorridos enmarcados dentro de tiempos veloces en los que apenas queda un momento para fijarse en las cosas triviales.  Pese a ello intenté aproximarme a aquellos resquicios en los que la belleza trasciende las fronteras de la vulgaridad, los entresij

Desde Cijuela, Granada

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Hace tres días estamos en Granada. Bueno, en Cijuela, un pueblo pequeñito desde el cual se puede ver la sierra blanca. Aquí estamos con una gente linda que nos ha invitado a compartir estos días de fin de año. Podría enumerar las magníficas cosas con las que he podido reencontrarme. La sensualidad del Albayzín, la belleza indómita y agreste de La Alpujarra, la sencillez de pequeños pueblos como Santa Fe, Fuente Vaqueros, Chauchina, Escoznar...  Y la felicidad de visitar la casa de verano de García Lorca por primera vez. Fue emocionante estar en  su habitación y sentarme en su asiento, frente a aquel escritorio en el que escribió sus mejores obras (el guía se rindió ante mi sonrisa de petición ¿Puedo sentarme aquí? Es que ¿sabes? escribo poesía...) Y ahí estuve unos segundos tocando la madera, imaginando al creador en sus momentos de iluminación y mirando a través de la misma ventana como él hizo tantas veces... En fin, ahora quiero que se vaya este año de mierda. Y no me pondré bragas

Tiempo de balances*

Cuando llega el fin de año  muchas personas acostumbramos elaborar pequeños ejercicios de arqueo vital o, lo que es lo mismo, balances más o menos objetivos de lo que ha sido nuestra existencia durante esos doce meses anteriores. Así vamos apuntando aquellas cosas –pequeñas o grandes- que nos han alegrado, o no,  la vida.  Aunque a decir verdad algunos seres piensan que la felicidad reposa solamente en la concreción absoluta de esa tríada paradigmática: salud, dinero y amor.  Y cuando no tienen alguna de ellas sienten que todo ha sido en vano, que se ha perdido el tiempo de manera irremediable. Esos arqueos vitales se convierten en elementos que en sí mismos metaforizan todo un ciclo vital de antes y después, de lo que fue o pudo haber sido en el pasado próximo y de lo que será en uno inmediato.  Los balances sirven para reflexionar sobre las acciones que de un modo u otro nos marcaron, de aquellas dinámicas existenciales que nos procuraron  experiencias de diversos matices. Pero hay

Las simples cosas

Desde la noche del 24 arrastro un catarro de miedo. Me parece que es la primera vez que padezco uno de esa magnitud. ¡Horrible!  Por fortuna mañana viajo a Granada con mi familia y eso eleva los ánimos. Soñar con la Alhambra es un motivo suficiente para ponerse bien... Espero escribir algunas cosas allí. Mientras tanto escucho a esta mujer que me encanta: Concha Buika, acompañada de Chucho Valdés  y "Las simples cosas" (en Youtube).

Elogio al Caganer*

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A mis amigas y amigos catalanes ... Mi primera visión del  Caganer  fue en un belén (léase pesebre, nacimiento) que había en un conocido centro comercial de la zona alta de Barcelona (Pedralbes). Recuerdo exactamente el momento porque mi compañero y yo acabábamos de llegar a la ciudad y nos sentíamos unos completos extraños,  outsiders  en unas calles perfectas con sus coches de lujo y sus mujeres con abrigos de visón. En esas circunstancias nos dedicábamos a pasear por los alrededores mientras ojeábamos escaparates y nos torturábamos haciendo la conversión de pesetas a nuestros modestos pesos colombianos (una conversión 12 a 1: por un peso 12 pesetas), teniendo la absoluta certeza de que jamás podríamos comprar alguno de esos abrigos o zapatos que estaban expuestos sin condenarnos a vivir en la mendicidad. Así que los días previos a esa navidad de cambio de milenio fueron muy prolijos para los ojos. Éramos, en efecto,  flâneurs  recién llegados dedicados completamente al ejercicio