Reflexión de martes con lluvia

Hoy es martes con cara de lunes y la lluvia no cesa. El cielo se ha desbordado y ahora es sólo un velo húmedo y gris. El día de trabajo se antoja igual: repetitivo y soso, sin aliciente, como esa llovizna pertinaz que se deja caer en los tejados.
El día prosigue con sus más y sus menos, con la gente presurosa que se desplaza por las calles con sus paraguas y sus caras de mono. Mileuristas sin esperanzas. Unos cuantos atados a una hipóteca de por vida y otros, a la certeza de que nunca tendrán una casa en su puta vida. Hombres y mujeres disfrutando de la situación de bienestar de esta europa progre de pateras, de periferias incendiadas, de campos inundados, de muertes en "road", de palabras huecas.
Estoy escéptica. Quizá es la mañana...

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