Gracias
Y entonces fue viernes y me vi rodeada de gente estupenda que en silencio escuchaba mis palabras. Gente de aquí y de allá. Gente de palabras y miradas y voces quedas. Gente que escribe, ama, ríe, opina, abraza. Gente que acompaña y acaricia con la generosidad de quien ama la vida, la poesía, la esperanza. ¿Qué más se puede pedir? De nuevo en el Aula dels Escriptors de la ACEC, edificio Ateneo Barcelonés, volví a sentirme arropada por personas magníficas cuyos nombres no menciono para no dejar alguno en el olvido. Trabajadoras de la palabra: poetas, narradores y narradoras, periodistas e insomnes de madrugada; conocedoras de versos y afectos, de giros, de indicios más allá de piel de las palabras. Y todas ellas amigas en ese momento de comunión y cercanía en que nos sentimos más próximas en nuestra condición humana. Y entonces fue viernes y la armonía fue voz, manos, sonrisas, palabras. ¡Muchas gracias a todas y todos por...