Entrevista a Lorenzo Silva, Premio Planeta 2012

El pasado mes de abril el periodista -y mi compañero- Juan Carlos Ruiz V.  y quien esto escribe, le hicimos una entrevista al hoy ganador del premio Planeta 2012, Lorenzo Silva, que fue publicada en La Vanguardia.
Os la dejo aquí: 


Lorenzo Silva: "La novela negra española ha alcanzado una feliz diversidad"

El escritor madrileño, que ha publicado recientemente 'Niños feroces' (2011, Destino), se prepara para vivir un 'Sant Jordi 2012' intenso


Lorenzo Silva:
Foto: Mireya de Sagarra

El escritor Lorenzo Silva (Madrid, 1966)  ha incursionado con éxito en diferentes campos literarios 
y en todos ellos ha demostrado siempre un profundo compromiso con el quehacer creativo.  Su trabajo se muestra  como un compendio de sutilezas para captar esa realidad que está ahí, a ras del suelo.
Silva se dio a conocer con mayor amplitud con la obra El alquimista impaciente, premio Nadal del 2000. Esta novela policíaca se constituyó en un punto importante en el mundo de la novela negra española.
Dentro de la  extensa bibliografía de Silva se pueden mencionar, entre otras, obras como Noviembre sin violetas (1995, ediciones libertarias), La flaqueza del bolchevique (1997, Destino), El lejano país de los estanques (1998, Destino), La isla del fin de la suerte (2001, Círculo de lectores), La reina sin espejo (2005, Destino), La estrategia del agua (2010, Destino) y Niños feroces (2011, Destino)
.
El escritor madrileño también ha publicado el libro de relatos El déspota adolescente (2003, Destino), varios libros de no ficción y algunas obras de narrativa infantil y juvenil.

¿Por qué  —y desde cuándo— la escritura?


Por ser antes lector, por diversión y por cumplir con mi deber de servir de algo a mí mismo y a mis semejantes, del modo en que creí que mejor podía hacerlo (mis disculpas a quienes piensen que me equivoqué). Desde los 13 años, sin parar hasta hoy.

Repasando los libros que ha publicado nos damos cuenta de  su incursión en distintos campos literarios: narrativa juvenil, novela negra, libros de relatos, ensayos… ¿en cuál de esas esferas  se siente más cómodo y por qué?

Me siento cómodo en todas. Y siempre que termino un libro que se sitúa en una, me apetece pasar a alguna de las otras. En la variedad está el gusto, de las historias y de la escritura.

Podríamos decir que, de alguna manera, esa pareja de detectives de la Guardia Civil (Bevilacqua y Chamorro) se constituye en un punto de inflexión en la novela negra española. ¿Cómo ve la situación actual de ese tipo de narrativa en nuestro contexto?

No sé si representan tanto, lo que sí creo es que aproveché una buena oportunidad, la de disponer, al fin, de unos policías modernos y sometidos a la ley democrática, que rompían con los clichés del pasado autoritario y a quienes nadie había querido hacer protagonistas. Ahora mismo, creo que la novela negra española ha alcanzado una feliz diversidad, en la que casi cualquier historia, cualquier personaje y cualquier escritor son posibles.

¿Hay un antes y un después de aquel premio Nadal de 2000 en su carrera de escritor?  ¿De qué manera marca su recorrido literario ese premio?

Sin duda. Ya me había dado a conocer en 1997, quedando finalista, lo que me permitió romper la dura barrera del anonimato. Pero con el Nadal llegué al gran público, que creo que es aspiración legítima y felicidad grande para un escritor.
Y desde esa misma perspectiva ¿Qué opinión le merecen los grandes concursos literarios? ¿Piensa, como muchas personas, que están amañados y que responden más a intereses comerciales?

Pienso que cada cosa, y también cada premio, tiene su función. Soy jurado de premios muy diversos, comerciales y no comerciales, y ya cuento con que en unos habrá escritores más experimentados que en otros, pero nunca me han dicho a quién debía votar, he votado en contra del que ganó en más de una ocasión e incluso he contribuido, con mi voto, a que un escritor desconocido se impusiera a uno célebre. De lo que no sé por mí mismo, no hablo.

¿Cómo ve el panorama literario español actual en general? ¿Se siguen publicando buenas cosas o la crisis también ha llegado a la creación?

Mientras sigan publicando autores como Carlos Castán, Carlos Zanón, Rafael Reig, Marta Sanz, Belén Gopegui o Antonio Orejudo, por poner seis ejemplos de los que escriben y publican ahora mismo, está garantizado que tendremos buenos libros para leer. Y me atrevo a esperar que seguirán ahí un buen rato.

¿Aún cree en "esa sutileza  para penetrar en la realidad, en todas sus dimensiones", en estos tiempos de efectos  y de escritura con receta?

Sigo creyendo, bajo el magisterio plenamente vigente de Proust y Kafka, del que está extraída esa intuición, que por ahí está el camino, y que todo lo demás, por mucho éxito momentáneo que pueda procurarle a uno, son desvíos que no deben seguirse.

¿Qué proyectos tiene en marcha en la actualidad? Háblenos de ello.

Ando rematando para imprenta un libro muy especial, hecho a partir de una selección de mi blog por libros.com y publicado a través de crowdfunding de lectores. Aparte de eso, estoy con una novela y un ensayo, que son los dos géneros que quizá más me reconfortan y más alegrías me han dado.

Usted tiene una relación muy estrecha con la red ¿considera que es una oportunidad para quienes se dedican a la creación literaria? ¿Cómo se podría utilizar el ciberespacio para  hacer circular obras de autores y autoras que no tienen posibilidad de ver sus textos publicados en papel?

Es una oportunidad, sin duda, porque permite prescindir de esos costes a veces paquidérmicos, y no siempre eficientes, que alcanza la edición (y sobre todo la distribución) en papel. Costes que de hecho suponen una barrera de entrada para escritores desconocidos, de quienes es difícil vender, y más en estos tiempos de crisis, arriba de unos pocos cientos de ejemplares. Hay ya plataformas y redes sociales de lectores y autores, que creo que son buenas palancas. Lo que falta en esos espacios de publicación digital, para hacerlos realmente eficaces, es trasladar al lector que hay un cierto filtro, un criterio de excelencia que es el que antaño (y aún hoy en la edición en papel) ponía ese editor convencional cuyo saber resultaba fiable. Digamos, por antipático que resulte, que todo el mundo tiene una novela, pero no todo el mundo la tiene buena ni sabe escribirla de modo que convenza al lector.

Por último ¿Qué sugerencias ofrecería a quienes se adentran en el mundo de la creación?

Que disfruten del privilegio de ser libres y audaces, que es siempre la recompensa del creador, incluso en la miseria. Pero que usen de él con humildad. En el caso de quienes escriban, aprendiendo antes a leer, a mirar el mundo y a escuchar a la gente. Y que sólo a partir de ese ejercicio hagan lo que les dé la gana. Nadie sabe mejor lo que uno tiene que crear y cómo.





Comentarios

Anna Benítez del Canto ha dicho que…
Felicitaciones a los tres, es una entrevista muy ilustrativa y consisa.

Gracias por compartirla.

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