Benedetti está conmigo desde aquella época de universitaria utópica en las que creía que se podía cambiar el mundo. Entonces, debajo del limonero que había en la Facultad de Educación, una voz preciosa me enseñó a conocerlo. Y Benedetti, a pesar de algunos detractores seudointelectuales, se convirtió en mi amigo inseparable junto con Vallejo, Whitman, Lorca, Gioconda Belli, Dulce María Loynaz, Rimbaud... ¡Cómo olvidar, por ejemplo, aquella "Táctica y estrategia" o "Hagamos un trato" o "Me sirve y no me sirve" que compendia tan bien la revolución con el amor, el deseo de cambiar el estado de cosas con el sentimiento amoroso más noble y vital, más pasional y sereno! Hoy, que la canícula mediterránea se cuela por el balcón como esta nostalgia estival que me acompaña, vuelvo a aquellos poemas y recupero uno que siempre llevo conmigo: Táctica y estrategia Mi táctica es mirarte aprender cómo sos quererte como sos Mi táctica es hablarte y escucharte construir con