Silencio canicular

Veo las mismas calles de entonces
y los mismos árboles azotados por el viento
de la tarde.
Ceibas
Almendros

Pomarrosos
Aquí el tiempo se condensa
en el calor que brota del valle
e impregna la piel y los sentidos.
La canícula es una diosa
inclemente que sin compasión se posesiona de las casas
y los patios
de las plazas y las calles.
Ella nos condena a la noche y los amaneceres
-los mismos que todavía no compartimos-
y nos niega los días claros signados por un sol
infernal que fustiga al más valiente.
Y aquí en medio de la canícula existes tú.
Llegas en el rumor del río
y en el canto de los pájaros
y en las calles ardientes en las que
dejamos marcados nuestros pasos.
Estás en cada uno de los segundos
en los que la canícula me condena al silencio...


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola linda!.Que bueno saber de ti,hermanadas por la canícula.ja ja.Y que musicales los nombres de esos árboles,par mi,fantasmas sin imagen,porque soy tan pobre que sólo conozco a la tremenda ceiba de las tierras cubanas.Besitos a todos.
Amiga, me encanta leer tus palabras. Qué va! sabes otros miles de nombres de árboles que yo no conozco... Un abrazo enorme para vosotras desde esta canícula donde ahora soy feliz.
Besitos a las dos.

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