El Poira

Niño dorado, el Poira como las líbélulas y las mariposas, ama el agua y el arco iris. En el Magdalena permanece desnudo. A veces lo sorprende la luna entre las piedras y entonces toca la flauta y se remonta a un país de viento.
Príncipe de los abedules, el Poira es un ser benévolo. Su diversión de mayor daño consiste tal vez en hostigar a los caballos y aterrorizar a los paseantes con la voz ronca y los grandes dientes. Duende pueril, permanece la mayor parte entre salvajinas. Allí se enreda con los pájaros y las hormigas. Pasa su vida contemplando los rompecabezas de las nubes y los astros y las caídas de la lluvia.
Sí, nadie le teme al Poira. Rey de los amarantos y las novias blancas, su presencia tiene el encanto de los paseos a la orilla de los ríos. Es fábula para que todos empecemos a viajar y soñar bajo el ala de la luna.

Texto de Guillermo Martínez González, Mitos del Alto Magdalena, Trilce Editores, Bogotá, 2006

Comentarios

gato de Cheshire ha dicho que…
Una prosa deslumbrante y evocadora de tiempos de duendes y lunas enamoradas.
Federico ha dicho que…
Sentí el vaivén. El tamaño de este ser cambiaba a cada momento en mi imaginación. No lo conozco pero es muy interesante tu relato. Gracias por la fantasía creada en mi.

Salud!
Texto para argumento de una ópera.
Es precioso, romántico, tragico...
Isa

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