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Tres poemas de Antonio María Flórez

Ayer, en una de esas coincidencias magníficas de la vida, me encontré con el poeta hispanoamericano Antonio María Flórez , a quien había visto por última vez en Barcelona hace dos años. Fue uno de esos momentos increíbles en que confirmas efectivamente, aquel lugar común de que el mundo es un pañuelo. Y después de los abrazos y las respectivas preguntas,   me regaló uno de sus últimos libros Corazón de piedra (littera Poesía, 2011). Y me invitó a la presentación de su último poemario   Bajo tus pies la ciudad (De  la luna libros, 2012), que estoy ansiosa de leer. Sobre éste hay un excelente trabajo de Emilia Oliva, que se puede leer en el siguiente link: http://ensentidofigurado.com/ESF48-31b.pdf   De Corazón de piedra : MÁS ALLÁ                                      Eso  que intuyes más allá de las sombras, de ese mar  que resuena en la noche inagotable  de los sueños,             es la esperanza.                                       - ¿Apesar de la fiebre? A pesar.

DES DEL DESERT

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El lunes 1 de octubre mi amigo Josep Anton Soldevila  presentará su libro Des del desert  (in-Verso edicions de poesia) en el Ateneu Barcelonès.  Es una pena no poder estar allí para disfrutar de sus versos serenos y profundos, de sus palabras siempre plenas y renovadas.  A quí os dejo la invitación:

Noche de hotel

A las 13:00 horas  me registro en el hotel Ambalá, situado en el centro de la ciudad. Un lugar sin grandes espavientos pero bastante cómodo (y nada barato, por cierto). "Doctora, su habitación es la 805",  dice la chica de la recepción mientras me entrega la llave correspondiente. No es la primera vez que me hospedo aquí, así que ya conozco el camino.   En el cuarto, espacioso y pleno de luz gracias a una pared-ventana en cuyo costado hay una puerta que da paso a una terraza desde donde se observa una parte de la ciudad y una montaña exhuberante,  hay una cama doble vestida con una manta de algodón de color azul profundo,  dos mesitas de noche con sus respectivas lámparas, un televisor de pantalla plana sujeto a la pared, un escritorio y un armario  de madera...  En suma un conjunto básico y bien dispuesto sin mayores artificios ni pinturas mal copiadas ni decoración estridente, todo a juego con las paredes de un blanco impoluto. Después de una ducha  caliente, bajo al
DESMEMORIA ¿Es mi fatum la huella de tus manos? Desde la caverna escucho tus palabras náufragas en la última noche de septiembre. Palpo sin  temor los o jos espesos del olvido. De Versos en Claroscuro , in-Verso, Barcelona, 2012

Chavela Vargas, por siempre

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Recorrido en buseta

A las 15:30 Neiva arde. El sol, inclemente, reverberea en las calles y en las hojas de los árboles. No hay ni un alma en las aceras, ni una gota de aire en los tejados. ¡Mierda! digo, mientras salgo de casa de malhumor. Coja la buseta no. 4 en la calle de arriba, dice mi padre. Camino con el sol en la espalda. Siento que mi cabello aún húmedo -acabo de ducharme por segunda vez en este día-, se empieza a calentar sin consideración. Una moto con dos ocupantes pasa por mi lado y casi me roza. Pienso en todas las palabrotas   ibéricas que ya no puedo borrar de mi cabeza.  Espero cinco minutos en una acera (aquí no hay paradas estipuladas y la gente hace señales a los autobuses y busetas donde le da la gana). Veo la buseta no. 4 pintada de azul. Levanto la mano. Para. Pago 1300 pesos. Ojeo el interior. Sólo lleva tres ocupantes: dos hombres y una mujer. Busco un asiento estratégico en el que el sol no me encuentre. El vehículo parte por calles tantas veces repetidas. Y yo empiezo a observ

Escribir...

Llevo muchos días sin escribir una línea. Hace un mes lo atribuía al estrés de mi vida en Barcelona, a la situación de desesperanza que se vive en España, al hecho de realizar un trabajo precario, a la ansiedad que produce los preparativos del viaje... Excusas y más excusas para tapar la realidad.  Me encuentro seca de palabras. Allá y aquí. Ya son tres semanas en el trópico en las que he desconectado de tal manera, que no he tenido voluntad ni para actualizar este blog como debería ser.  Ni para sentarme a escribir un verso.  Nada.  Y me siento culpable por ello.  Por suerte, leo. Y leo mucho porque porque estoy preparando un curso sobre ciudad y literatura que dictaré para una maestría en la ciudad de Ibagué. ¡Es lo único que me salva!   Así que ahora, en medio de una canícula atroz (en la ciudad de Neiva a mediodía fácilmente se puede alcanzar los 40 grados),  me dedico a leer novelas colombianas. He comenzado por Sin remedio de Antonio Caballero. Y me ha encantado. He red