Días de lecturas

El día de Sant Jordi fue estupendo aunque sólo pude estar en Cornellá porque pillé uno de esos tontos resfriados de primavera. Así que la firma de libros en Barcelona quedó para el año que viene. Y aunque no tengo agujetas en las manos, me lo pasé muy bien con mis amigas Esther Morán,  Pilar Osorio Isabel Gómez y con nuestros respectivos hijos e hijas. Compartimos mesa,  risas, miradas y palabras. ¡Qué más se pude pedir!
El domingo fue un día de lectura: La Venturosa, una novela publicada en 1939 (Bogotá, Editorial Kelly).  Un texto que ya conocía pero que esta vez he escudriñado con ojos de investigadora. Estoy escribiendo la historia de las mujeres de Neiva en el siglo XX y quiero ver cómo se re-presenta allí a las féminas.  Además en ella se hace referencia a la Guerra de los Mil Días, un tema que me interesa mucho y en la que mi bisabuelo Manuel Cedeño participó. Le llamaban El Bravo Cedeño como a ese otro Manuel Cedeño, prócer de la independencia venezolana que según algunos estudios, nació en Bayamo, Cuba. Será por eso que me apasionan ciertas guerras, especialmente la incivil española.
Lunes, más lecturas: Mary Nash y sus mujeres en el mundo.  Y a media tarde un conato de incendio en el edificio vecino. Revolución en las escaleras, humo en las ventanas del vecindario, subida al terrado,  sirena de la policía  y bomberos. ¡Y era sólo una barbacoa!   La pobre mujer causante inocente del humo recibió la regañina de mis vecinos desde el terrado y una multa. ¿Señora no sabe usted que no se puede hacer barbacoas en los edificios?   
Martes: otro madrugón. A las seis de la mañana vuelvo a mis lecturas y esa desazón cerebral que experimento antes de comenzar a escribir la primera línea. Hay un vacío documental hasta 1960 en la historia de las mujeres. Nada extraño pues las féminas siempre hemos sido invisibilizadas en todas las esferas de la sociedad. Pero ¿Cómo diablos participaron las mujeres de Neiva en la vida de la ciudad en la primera mitad del siglo XX?  Me faltan datos primarios, alguien me ayuda allí pero no es suficiente...
Martes tarde: acudo a la invitación de Josefina Altés al Banc del Temps de Gràcia. Una experiencia estupenda. Leo algunos de mis poemas, hablo de mi vida, de mi escritura, de las palabras, los huertos urbanos, de Colombia.  Y comparto con  una gente cercana y cálida que ofrece su tiempo solidario a cambio de más tiempo solidario.  "Ella nació en la selva". Dice Josep Anton Soldevila. Si, es cierto. Nací en el piedemonte amazónico, en una región de colonos soñadores y hambrientos. A las 9 de la noche regreso a casa con una sonrisa de esperanza. ¡Creo en la humanidad!



Comentarios

!Siempre hay que creer!;incluso en las guerra más sangrientas y en los lunes más grises.Besinos, linda.
Alhucema ha dicho que…
Pues eres una mujer afortunada...!
Esther Morán ha dicho que…
Vaya semanita más agotadora que llevas, guapa!
Me encanta la última frase. No perdamos la esperanza. Yo también creo.

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