Entradas

Memoria de cuerpos y palabras

Buscando entre anotaciones, hojas sueltas y recuerdos, asomó de repente este texto - que pretende ser un poema- escrito hace poco pero que ya daba por extraviado de manera irremediable. A estas alturas de la noche he perdido la vergüenza así que me atrevo a publicarlo con la amenaza latente de que alguien lo considere como mínimo cursi y por supuesto con toda la razón; aunque, lo confieso, no me importa... Y mientras tanto sigo a la espera de una poesía que mi amiga Gabriela de la Peña prometió enviarme. Espero su voz generosa y dulce que desde la distancia -México- habla de lugares, de imágenes, de experiencias y de hogueras ardiendo. Voz que día tras día se refleja en su blog http://cronicasdemarcopolo.blogspot.com/ Gabi: hacemos arquelogía de los cuerpos y los momentos que son memoria e infinitud. Nadie se va definitivamente pero tampoco nadie se queda... Des-memoria (Inédito) Cómo nombrarte si tu aliento Inunda la memoria y claman los poros el olor de tus caderas. Hombre de mil ag

La ciudad y las palabras

Imagen
L'Hospitalet con eclipse anular de sol ( Foto : Martha Cecilia Cedeño Pérez, 3.10.2005, 10:50 horas) " Rojo crepúsculo que perfora la niebla de la corriente del Golfo. Vibrante garganta de cobre que brama por las calles de dedos ateridos. Atisbadores ojos vidriados de los rascacielos. Salpicaduras de minio sobre férreos muslos de los cinco puentes. Irritantes maullidos de remolcadores coléricos bajo los árboles de humo que vacilan en el puerto ". (John Dos Pasos, Manhattan Transfer ) La ciudad no sólo ha sido y continúa siendo tema fundamental de discusiones filosóficas, científicas, políticas, entre otras esferas, sino también tópico lleno de matices y experiencias para los creadores de mundos a través de la palabra: narradores, ensayistas y poetas. Esa ciudad plena de contradicciones y sugerencias, de seres taciturnos y extraños que se mueven al compás de las horas, vive en las aproximaciones diversas que desde la palabra intentan abarcarla más allá de sus edificios y s

¿Y qué es la Ciudad?

Imagen
¿Qué ciudad es ésa tras la montaña que se/agrieta, reforma y estalla en el aire violeta…? Pregunta angustiado T.S. Eliot ante el monstruo multiforme que se asoma a sus ojos: una urbe hecha de simultaneidades, de edificaciones y derrumbamientos; un constructo humano cruzado de ambigüedades, de murmullos y gritos, que para la época en que fue escrito el poema que contiene este fragmento –1922- ya había desplegado sus alas para convertir sus trazados en un hervidero acontecimientos inusitados. Podríamos imaginar lo que pensaría el poeta ahora en los albores del siglo XXI cuando las ciudades se han salido de sus cauces para devenir en megalópolis, en espacios cuyos tentáculos globalizan sus contenidos y perspectivas; ciudades a punto del paroxismo, a punto de sucumbir ante los estallidos que las configuran y al mismo tiempo las acercan a los territorios de lo movedizo, de lo inasible, de lo inabarcable. Una ciudad concebida e inconcebible al mismo tiempo. Para los griegos es la expresión

Momentos y lugares

Imagen
Monjuïc Junto al árbol una cola de gato se pierde entre las ramas. Queda tu palabra enredada en mi cintura. Y ya no tengo frío. Collserola La ciudad muda parpadea a la distancia en el punto exacto donde tu boca es un murmullo de hojas verdes. Mordemos los labios a la mañana. Turó de la Rovira Hay una huella más allá del tiempo y una ventana que mira a la mar con su azul ausente y su ojo cuadrado. De la ciudad a tus manos sólo hay cuerpos en agitación perpetua y ojos buscándose Insomnio La tormenta desvela los cuerpos que de vez en cuando se encuentran en cualquier agujero de la tarde. Entonces no hay bordes ni fronteras sólo superficies tejidas en una locura que se sabe efímera. P.D No fueron necesarias las palabras para tenerte en mi boca abierta y sutil trémula como mis manos recorriéndote, Amaranta. Poemas y foto (verdes sobre verde) por Martha Cecilia Cedeño Pérez

Amanecer en Barcelona

Imagen
( Foto : Martha Cecilia Cedeño Pérez) Quiero empezar este blog con esta fotografía hecha desde el balcón de mi casa, el miércoles 28 de septiembre de 2005 a las 7:36 horas, porque de alguna manera se constituye en una metáfora: empiezo un recorrido alentada por mi amiga Gabriela de la Peña por esta especie de tribuna pública libre y, al tiempo, retomo con disciplina las riendas de la lectura y escritura que mis deberes domésticos me habían hecho dejar de lado. Vuelvo a los libros (de hecho volví hace más de 4 meses), a las cavilaciones, a las divagaciones y me siento más viva que nunca en una existencia casi liminal, bordeada de esquemas que se rompen y de nuevas texturas y agujeros en la cotidianidad... Y así lo percibí cuando, como por una suerte de aparición mágica, me inundó el rojo y oro que se coló por la ventana y me hizo dejar el ordenador para buscar la cámara digital e intentar hacer una fotografía que plasmara, al menos un poco, la maravilla que tenía ante mis ojos y que re