Lo que el Quimbo se llevará*
Hace poco tiempo aprecié en Facebook un vídeo que el periodista Melquisedec Torres compartió en red. Se trataba de un testimonio duro y conmovedor sobre las implicaciones silenciosas del embalse de El Quimbo, un proyecto hecho a la medida de la voracidad de los empresarios y los políticos. Un contubernio perverso en países como el nuestro en donde lo que menos importa es el bien común. En dicho reportaje las personas más afectadas por dicho esperpento (pescadores, pequeños campesinos, gente sin recursos) hablaban con profundo dolor sobre lo que significa abandonar a la fuerza su mundo conocido, el lugar de la experiencia cotidiana, el espacio en donde han trazado su recorrido vital con sus sumas y sus restas. Ellos y ellas cuyas voces son opacadas por los destellos de un proyecto que aumentará las arcas sobre todo de la transnacional Emgesa, la punta del iceberg de la segunda colonización española, son las verdaderas víctimas de este tinglado. Unas víctimas sin poder, sin