Benedetti (a mi manera)

Iba a subir una entrada que tengo preparada hace varios días pero una noticia me ha hecho cambiar de opinión: Benedetti ha muerto. El poeta de las palabras comprometidas con las que, quienes entramos en la adolescencia en la década de los 80, descubrimos la lumbre de los versos. Una luz beligerante y al mismo tiempo sencilla, sin retóricas ni metáforas imposibles, sin otras intenciones que la de reflejar aquellos componentes básicos de la condición humana: el amor solidario ligado a aquellos ideales de equidad, de justicia, de bien común –elemento que, por cierto, muchos críticos literarios le enrostran como si fuese un pecado. (No es mi interés aquí hablar sobre la calidad o no de la obra de Benedetti, mi único interés es recordarlo de manera personal, ligado a aquellas circunstancias vitales en que supe que existían sus palabras).
A Benedetti lo conocí cuando estudiaba la carrera de letras y lo quise gracias a un muchacho que por entonces estudiaba medicina. El me leía versos de Benedetti bajo un limonero que había en el patio de la Facultad. ¡Cómo olvidarlo! Y así fueron pasando por mis sentidos aquellas palabras que surgían como un torrente y que hablaban de compromiso, de amor, de libertad, de compañeros solidarios, de hacer tratos y tender puentes. Palabras que acompañaron aquellos días de sueños e ilusiones en que pensábamos que podíamos cambiar el mundo. Entonces creíamos en amores eternos, en la Revolución Cubana, en el cambio para mi convulso y bello país, en la lucha como medio para lograr la equidad, la justicia, el equilibrio social. Y soñábamos un país libre. Y muchos de aquellos muchachos y muchachas tomaron decisiones radicales. Algunos vieron pronto la noche, otros y otras se esfumaron en ella sin dejar rastro: tan sólo el recuerdo de un camino silenciado.
Y Benedetti ha muerto y no puedo dejar de pensar en aquellas vidas que amaron la poesía, la libertad, las palabras, la justicia. Vidas con las que un día me crucé en algún verso, en algunos de aquellos instantes fugaces en que la armonía no es más que la posibilidad de soñar, de ilusionarse. Vidas que de alguna manera quedaron inmersas, dibujadas, tocadas por los versos de este poeta del Sur.

Y quiero recordar este poema de Benedetti que alguien, no se quién, escribió en un papel para mí justo cuando yo tenía 18 años (entonces no pensaba en aquellos tópicos críticos para catalogar un poema: bastaba con sentirlo. Y este seguro que no es uno de sus mejores poemas pero me encantaba ¿Y a quién no?).
Benedetti es ahora más que nunca, palabra. Música de bandoneones. Canción eterna que trasciende el tiempo, el espacio, las circunstancias cotidianas.

Corazón Coraza

Porque te tengo y no
Porque te pienso
Porque la noche está de ojos abiertos
Porque la noche pasa y digo amor
Porque has venido a recoger tu imagen
Y eres mejor que todas tus imágenes
Porque eres linda desde el pie hasta el alma
Porque eres buena desde el alma a mí
Porque te escondes dulce en el orgullo
Pequeña y dulce
Corazón coraza

Porque eres mía
Porque no eres mía
Porque te miro y muero
Y peor que muero
Si no te tengo amor
Si no te tengo

Porque tú siempre estás donde quiera
Pero existes mejor donde te quiero
Porque tu boca es sangre
Y tienes frío
Tengo que amarte amor
Tengo que amarte
Aunque esta herida duela como dos
Aunque te busque y no te encuentre
Y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
..........
Mi amiga, Ana paredes ha escrito dos notas preciosas y personales sobre Benedetti y se pueden leer en este link:

Comentarios

Rafael Caunedo ha dicho que…
... a veces la vida es tan sencilla como unos poemas y un limonero.

Rafael Caunedo
Sí, sólo a veces...
un saludo,
Martha
Ana Caleyas ha dicho que…
Martha, gracias por visitarte tanto y regar las plantas de mi blog :), a veces las musas pasan tanto de mi como las de Serrat. Yo también tuve la suerte de conocer a Benedetti hace un montón de años en un viaje que hizo a mi tierra. Reconozco que me ha entristecido su muerte, no sólo porque su trabajo siempre ha formado parte de mi vida,- pues leerle es disfrutarle-, sino también porque, como persona, siempre me ha parecido un tipo legal, fiel a si mismo y tremendamente generoso con sus emociones. Que el tiempo no cambie el amor que sentimos por sus versos, y las sensaciones que aún hoy, nos siguen proporcionando sus poemas.
Un abrazo, amiga :) Y a seguir creando.
Personalidades como la de Benedetti, son las que el mundo no debe olvidar más aún, son personalidades a tener siempre presente para saber alzar la voz con propiedad para acallar a aquellos insolemtes que desesperancen a la humanidad.
Isabel
Ana:
Leerte siempre es un placer. Me encanta hacerlo y reconocer en tus palabras aquellos paisajes humanos tan cercanos. Un abrazo fuerte,
Martha

Isa:
Tiens razón: por fortuna, aún hay seres íntegros en lo que se combina lo mejor de la condición humana (Benedetti era uno de ellos).
Un beso,
Martha

Un beso.

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