Miradas agresoras
Hablaba hace algunos días con Manuel Delgado acerca la aún problemática relación mujer-espacio público. Comentábamos sobre la manera como las féminas nos vemos expuestas a todo tipo de atenciones indeseadas, a miradas y piropos que casi siempre tienen connotaciones insospechadas. Entonces recordé las veces que me he sentido realmente agredida a causa de algunas de estas acciones. Aquí va un caso: La mujer acaba de subir al metro y descubre que sólo hay un asiento libre en medio de tres hombres jóvenes. Después de hacer una mirada panorámica para ver si queda algún lugar disponible decide sentarse, no con cierta indisposición, en ese único puesto. Mientras lo hace siente las miradas inquisitivas de los varones. Una vez allí descubre que en los asientos que están enfrente van otros cuatro hombres, tres jóvenes y uno mayor. La mujer lleva el bolso y el ordenador encima de sus piernas y se sopla con un abanico mientras realiza una exploración visual del lugar siguiendo aquellas normas bási