Otras imágenes del Papa en Barcelona

El jueves pasado salí rapidamente del curso de Documental i gènero que estoy realizando en la Escola de la Dona para dirigirme al Centro Cultural Pati Llimona  cuando me encontré con una manifestación en la  Plaza Sant Jaume. Al principio no sabía de que se trataba (sí, estaba desinformada) pero sólo con apreciar algunos de los carteles me enteré del asunto: era una manifestación anti venida del Papa.
Confieso que me gustó encontrarme con ese acto porque justo el día anterior había escrito mi columna para el periódico El Líder sobre esa temática (ver la entrada anterior de este blog), aunque sin mojarme mucho porque en mi tierra primera todavía persiste una visión clerical fuertemente arraigada. Y si, no quiero ser muy "frentera" en esos asuntos, por el momento.
Pues bien, hoy al leer  las noticias de La Vanguardia en su versión digital he recordado los textos que aprecié el jueves en ese acto público y no dejo de pensar en el profundo sentido de verdad y reinvindicación que hay en ellos: "El condón salva. El Papa condena"; "Separación Iglesia-Estado ¡Ya!"; "A pedófilos y cómplices bajo capa clerical, ¡Pena civil ejemplar!"; "Un infierno real: el Vaticano, Guantánamo mental".  
Y me inquieta el títular con el que abre hoy La Vanguardia:  "Visita histórica del Papa a Barcelona para dedicar la Sagrada Familia" y luego en el lead se apunta lo siguiente: "Benedicto XVI ha cargado duramente contra el aborto y la eutanasia y ha pedido apoyo del estado a la natalidad y a la mujer". Sin duda, este Papa sigue en su posición recalcitrante con respecto a temas tan sensibles para todas y todos. Es una persona  que por una parte, cierra los ojos ante la corrupción y perversidad de algunos miembros de la  Iglesia  y por otra,  condena con un fanatismo inusitado temas vitales como  el aborto, el matrimonio homosexual, el uso del preservativo, la eutanasia, etc. Es esa doble moral la que molesta y vulnera  y la que, de ninguna manera, se puede aceptar.
Fotos: Martha C. Cedeño





Comentarios

Esther Morán ha dicho que…
Cuando harán un esfuerzo por poner los pies en el suelo y acercarse un poco más a su pueblo, como hacía Jesús?

En fin, dejo ahí la pregunta.

Por cierto, el jueves estuvimos las dos en el Pati Llimona. Lástima que no nos conocieramos ;D
Si, una lástima; pero seguro que ya habrán más oportunidades para conocernos personalmente.
Estuve allí porque Rosa Abuchaibe, una de las poetas, me invitó.
Ya subiré algo aquí sobre ese acto.
Un abrazo,
martha
Juan Carlos Garrido ha dicho que…
Partiendo de que servidor no es creyente ni comulga (y disculpen el juego de palabras) con muchas de las doctrinas de la iglesia , no veo mal la visita del Papa: en primer lugar, porque no deja de ser un jefe de estado y, en segundo, porque, nos guste o no, representa a buena parte de la población de este país.

En todo caso resulta tan chocante como reveladora la vehemencia con la que se reacciona en contra de esta visita y, sin embargo, cualquiera que osara protestar contra la visita de un líder musulmán o judío, o contra la del presidente de la asociación mundial de gays y lesbianas, sería acusado al instante de reaccionario e intolerante.

Y que conste que no me parece mal que a quien no le guste esta visita lo manifieste, para eso tenemos libertad de expresión, lo que encuentro vergonzoso es la cantidad de varas de medir que empleamos, según convenga en cada ocasión.

Saludos.

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