Poema de amor ( o en su lugar...)
Junto al crepúsculo Tú que abres la memoria amante lejano de párpados azules ¡Mis palabras son las tuyas, mis temblores también! ¿Acaso olvidas las caricias náufragas en la noche de febrero y el calor de la música junto al crepúsculo mágico de púrpura y oro? En la penumbra ardían tus manos y en el malecón había perfumes de flamboyanes. ¡Qué ligero tu pecho, qué estremecido el corazón! Y engendramos palabras infinitas en el crepúsculo púrpura y oro. ¡Qué cálidas las noches junto a la mar ardiente! ¡Qué brioso el amor en el profundo espacio de los ojos! No había ni una gota de aire entre los cuerpos sólo el perfume de la sangre y el halo prodigioso de la voz. Luego la noche se hizo espesa y lánguida túnel hambriento en el que devoramos la muerte. Tu aliento fue veneno. Tus caderas durmieron en mis manos. La noche espesa y lánguida fue breve y lejana. Mi nostálgico amante, en ti reconstruyo el agua del tiempo y el universo de las palabras en la noche de leños encendidos. Revivo instantes