PAISAJES DESDE EL AUTOBUS
Trayecto Barcelona - Zaragoza. El paisaje metálico poco a poco da paso a serranías verdes ahora con algunos trozos blancos. La carretera es una recta eterna y fría. Las casas aparecen con escarcha en los tejados. Las chicas alemanas del asiento contiguo al mío han dejado de comer y de hablar, y ahora parecen dormitar plácidamente. Y en el de adelante, unos chicos morenos no paran de hablar mientras desocupan un gran bolsa llena de chuches: gominolas, nubes y otros elementos que no alcanzo a identificar. Más adelante va una pareja que se besa sin pausa y justo en el asiento de al lado un joven que no para de hablar por teléfono: "El paisaje está blanco, tío... Jo estoy flipando. Todo está blanco, blanco..." ¿Quién dice que viajar en autobús es aburrido? Escuchas las conversaciones más inverosímiles, observas especimenes en vías de extinción, lees una y otra vez el mismo artículo, repasas el paisaje para identificar mojones o figuras conocidas... pero lo mejor de todo es que a